Micaela Ortega, de 12 años, apareció muerta el domingo, un mes después de haber desaparecido en el sur de Argentina. Su asesino confesó que la conoció haciéndose pasar por una niña en la red social Facebook y buscaba violarla, informaron este lunes las autoridades.

Micaela Ortega (12) fue hallada asesinada en un descampado.

Micaela Ortega (12) fue hallada asesinada en un descampado.

La menor, que vivía con sus padres en Bahía Blanca, 700 km al sur de Buenos Aires, salió de su casa el 23 de abril y nunca volvió. Pero desde hace varios días trascendió que se había ido con un hombre reconocido por su pareja mediante unos videos de seguridad en la calle.

El secretario de Seguridad de Bahía Blanca, Emiliano Álvarez, contó que «el propio autor del crimen» confesó y los llevó hasta donde estaba el cuerpo de Ortega. Álvarez dijo que lo habían localizado gracias a la cooperación de la embajada de Estados Unidos y a datos de las cuentas de Facebook.

Jonathan Luna, el convicto que confesó el crimen de Micaela Ortega.

Jonathan Luna, el convicto que confesó el crimen de Micaela Ortega.

El fiscal Rodolfo De Lucía, que investiga el crimen de Micaela, aseguró a la prensa que Jonathan Luna, de 26 años, un convicto prófugo, confesó ser el autor del homicidio. Contó haber convencido a su víctima diciéndole que la iba a llevar a la casa de una amiga, presumiblemente la «niña» que él mismo inventó en la popular red social.

Tras el reconocimiento de Luna por parte de su novia, la policía lo fue acosando hasta que el sábado se quebró y los llevó al lugar donde abandonó el cuerpo de la niña, a quien mató el mismo día del secuestro.

«La maté porque no quiso tener relaciones sexuales conmigo», fue la revelación de Luna, según informó el portal de Bahía Blanca La Brújula 24.

«La encontraron con las manos atadas, las piernas cruzadas, con la misma ropa con la que se había ido de su casa», señaló el ministro Álvarez.

Luna, a quien descubrieron varios perfiles falsos en Facebook, purgaba una condena por robo agravado pero se escapó durante una salida transitoria de la cárcel.

Tras el hallazgo del cuerpo de Micaela cientos de vecinos realizaron una marcha para reclamar justicia. Otro grupo más pequeño incendió la casa del acusado en un lugar humilde de Bahía Blanca.