París, Francia. Una joven viuda española obtuvo el martes el visto bueno de la justicia francesa para transferir a España el esperma congelado de su difunto marido, con el que espera quedarse embarazada mediante una inseminación post-mortem, prohibida en Francia pero autorizada en su país.

Entrevista concedida a FranceTV de Mariana González Gómez, la mujer española que pidió al Consejo de Estado francés reabrir el debate sobre la fecundación postmortem

Entrevista concedida a FranceTV de Mariana González Gómez, la mujer española que pidió al Consejo de Estado francés reabrir el debate sobre la fecundación postmortem

El rechazo de exportación es «una vulneración manifiestamente excesiva de su derecho al respeto a la vida privada y familiar», declaró el Consejo de Estado, la máxima jurisdicción administrativa francesa, al argumentar su decisión. Ordena tomar «todas las medidas necesarias para permitir la exportación de los gametos a España».



«Se trata de una decisión extraordinaria en el sentido literal de la palabra que está totalmente vinculada a la situación excepcional» de Mariana González Gómez, declaró a la AFP David Simhon, uno de sus abogados.

«Estamos sumamente satisfechos de esta decisión. Deseamos la transferencia de los gametos en el plazo más breve, en las mejores condiciones posibles», agregó.



El Consejo de Estado siguió la recomendación de la relatora Aurélie Bretonneau, que el viernes se pronunció favorablemente sobre la demanda de Mariana González, dado el carácter «excepcional» de la situación.

La viuda española estaba casada con un italiano, Nicola Turri, fallecido de cáncer en julio de 2015 en París, donde residía la pareja.

Cuando su esposo se enfermó, hizo congelar su esperma en París por temor a que la quimioterapia le dejara estéril.

Desde su muerte, su esposa luchaba por obtener la exportación del esperma de su marido a España, donde la inseminación post-mortem está autorizada, contrariamente en Francia donde la procreación asistida está reservada a las parejas en edad de procrear.

La joven viuda inició sus trámites en nombre del respeto de su proyecto de concebir un hijo y de decidir sobre su propia vida. Su demanda fue inicialmente denegada por un tribunal administrativo.