Por Robinson R. Gálvez Lay

Muchos pensarían, al ver este título, que me estoy refiriendo al ministro de Obras Públicas, Gonzálo Castillo y los anteriores incumbentes de la cartera, sobre todo los más recientes. No.



Gonzalo Castillo

Me refiero a Gonzálo Castillo y a los aspirantes a la presidencia de la República que están en la banca de espera desde hace ya varios años, pero que aún esperan que le llegue su turno para emprender su propio proyecto hacia la primera posición del Estado.



No hay dudas que siendo un administrador de empresas y no ingeniero, ya está catalogado como uno de los mejores ministros de Obras Públicas que ha tenido Gobierno alguno, lo que a su vez lo ha catapultado a ser el más valorado del presidente Danilo Medina para abajo.

Temístocles Montás, Reinado Pared Pérez, Francisco Javier García, Radhamés Segura, Leonel Fernández, Margarita Cedeño de Fernández, Carlos Amarante Baret, entre otros, tendrán que trabajar incluyendo al listado a quien desde sus inicios como funcionario, ha sido mencionado como el mejor ejecutor de todos, lo que sin temor a equivocarme aseguro que ha provocado ciertos celos en el conglomerado de aspirantes.

Claro, no todo es color de rosas, como decimos en buen dominicano, Gonzálo va a tener que guayar la yuca, porque de seguro le van a sacar en cara que es nuevo en política, que debe agotar su tiempo, esperar su turno, que no ha cogido la lucha de otros dentro del PLD, etc., etc.

Sin embargo, él puede contar con el propio accionar suyo ante la sociedad, a través del gran trabajo que ha venido realizando, no sólo en las construcciones de obras, sino también en los servicios adicionales que brinda la institución que dirige.

Es evidente que lo que se dice, en buena lid, sobre su persona, se puede decir poco de otros, sobre todo de los que aspiran a ser presidente, y es por ello que siempre debemos hacer mención a la cita de Ortega y Gasset cuando dijo que “el hombre es él y su circunstancia”, pocos se percatan de que la historia, a la corta o a la larga, le da su victoria o fracaso.

Con esto no quiero decir que desde ya en él descansa la próxima candidatura presidencial, porque tiene que participar en un proceso interno en el partido del que es miembro del Comité Político y en el que se sabrá si así como lo ve el del país, lo ve el peledeísta mismo.

Todo parece indicar, que la competencia o lucha dentro del PLD para la nominación presidencial del 2020, iniciará temprano, máxime cuando desde ya están bailando nombres, que incluso no estaban en el listado para estas elecciones recién celebradas.

De los futuros aspirantes, son pocos los que gozan de tanta aceptación, motivo por el cual ellos deben revisarse, porque lo que más les critican es de la arrogancia, prepotencia, creyéndose Dioses intocables, inacabables, inalcanzables, líderes, obviando que a la postre todo eso es observado por el de abajo.

Eso debe servir de lesión para aquellos que entienden que van por buen camino, pero que hay un país observando cada paso que dan, tanto en su rol de funcionarios como políticos. Gonzálo tal vez no es el mejor, pero parece ser el menos malo dentro del abanico de posibles candidatos.