Santo Domingo, República Dominicana. El escritor e historiador Manuel Núñez afirmó hoy que el general Antonio Imbert Barrera, fallecido el pasado martes 31 de mayo, tuvo una vida antes del magnicidio de Trujillo y una vida después, y que ¨ambas deben ser evaluadas junto con el magnicidio, que es el momento estelar de su vida, para ver con el balance que hace la justicia, si merecería estar incluido en el Panteón Nacional.

Barreras



Explicó que Imbert Barrera tiene una condición de héroe por haber participado en el ajusticiamiento que puso punto final a una dictadura de 31 años, un hecho incontrovertible que no está sujeto a discusión, pero indicó, que lo que sí está sujeto a discusión son los argumentos posteriores.

Entiende que las consideraciones históricas de llevar a alguien al Panteón Nacional tiene mucho que ver con el juicio que hacen los historiadores posteriormente, una especie de elaboración, porque según dijo, es el monumento a la santidad, a los hombres verdaderamente inmortales de la República Dominicana, y cualquier invocación al Panteón Nacional debe ser evaluada a la luz de los hechos históricos.



Entrevistado en el programa Toque Final, que cada domingo conduce el periodista Julio Martínez Pozo, por Antena Latina canal 7, el escritor enfatizó ¨ya se incluyó al coronel Caamaño en el Panteón Nacional, o sea, yo pienso que la República Dominicana no habrá de vivir nunca bajo una guerra civil permanente, y que en cierto modo tendrá que evaluar la posibilidad de que el general Imbert pueda alguna vez estar allí con los inmortales, si se considera que el hecho en el que participó es tan importante¨.

El historiador Núñez cree que los Estados Unidos habían abandonado el proyecto inicial de derrocar el régimen porque ocurrió lo de Fidel Castro, ¨la caída de Batista fue un trauma y había miedo, en una etapa de Guerra Fría, de que el acontecimiento del fin de la Era de Trujillo pudiese ser capitalizado por grupo semejantes. No olvidemos que en el año 1959 llegó aquí el grupo de Jiménez Moya, que tenia la misma inspiración castrista. Jiménez Moya vino inspirado en Fidel Castro a hacer el mismo tipo de labor, o sea, el mismo tipo de gesto desde la montaña al solio presidencial¨.

Explicó que esa situación generó un temor entre los norteamericanos, que por no tener el pleno control de la caída del régimen pudiera ser desfavorable para su causa, por lo que en cierto modo, aplazaron el compromiso que habían adquirido con los conjurados del 30 de mayo, y la labor de estos en el derrocamiento fue esencialmente dominicana.

Sobre la participación del general Imbert Barrera en el Gobierno de Reconstrucción Nacional, dijo que no se puede olvidar que la República Dominicana estuvo dividida en dos bandos durante la Guerra de Abril del 1965.

¨Hubo un bando que propugnaba por el retorno de Juan Bosch sin elecciones, otro grupo que propugnaba por unas elecciones competitivas. El bando que apoyó a Estados Unidos, país interventor, y que es lo que da a esa guerra un carácter patriótico, fue el bando de Reconstrucción Nacional encabezado por el general Imbert Barrera, quien entró a este porque se temía que los militares trujillistas tomaran el poder… y él temía por su vida en ese momento. Entró directamente en esa colaboración, pero esto no quiere decir que el general Imbert fuese parte del esquema de los norteamericanos en ese momento¨.

Juan Bosch

Núñez destacó que ¨Imbert Barrera es la persona que lleva a Juan Bosch a Guadalupe, o sea, que el expresidente Bosch estaba consciente de que era la persona que le inspiraba confianza para ser conducido fuera del país¨.

Precisó que el profesor Bosch tenía una opinión siempre positiva del general Imbert Barrera, la que expresó en varias ocasiones.