El Consejo Ambiental de Constanza instó este miércoles al presidente Danilo Medina a frenar la depredación de bosques y la degradación de suelos que llevan a cabo grandes jerarcas en la zona productiva de Constanza, provincia La Vega.

Constanza loma



María Reina Mena, presidenta del Consejo Ambiental, advirtió a toda la sociedad dominicana que se sume a su causa, porque de lo contrario, la sociedad sentirá los efectos del desorden ambiental en los próximos años.

“Allí se produce el mayor porcentaje de la producción agrícola de la cual depende la encomia nacional y la mayor proporción de agua dulce que depende el país”, agregó.



Explicó al periodista Yokauris Vásquez del periódico digital Dominicanoshoy.com, que unas 68 organizaciones del municipio ubicado en la Cordillera Central están unidas en la lucha para que el gobierno de Medina preste oído a sus reclamos.

“El presidente Medina es sensible a estos temas, pero su `anillo` ha impedido que los constanceros sean escuchado”, dijo Mena, quien sostuvo además que todas las aguas que nacen en Valle Nuevo, los Bermúdez, Cruz de Cuaba han sido impactadas por la depredación.

De su lado, Jhonny Marte, también del Consejo Ambiental y ambos entrevistados en el programa “Enfoque Matinal”, señaló que urge la aprobación del proyecto de Ley de Ordenamiento Territorial para que se regulen los usos de suelo en las montañas, donde se está haciendo agricultura intensiva.

Manifestó que los valles productivos de esa zona se están llenando de casas y la agricultura emigrando a las montañas; pero lo peor señaló es que esas edificaciones en esas franjas se están llevando a cabo en aéreas protegidas como es el caso de Las neblinas y Casabito esta última una reserva científica.

Lamentó que los constanceros se hayan trasladado con sus actividades agrícolas hacia las montañas donde nacen los ríos, desmontando bosques y erosionando el terreno.

Marte, quien fue director ambiental en Constanza, estimó que de 120,000 tareas que se están cultivando, la mitad está en la montaña. Deploró que zonas productoras de agua que anteriormente estaban protegidas y vigiladas, hoy son ocupadas libremente por agricultores y dueños de cabañas turísticas.