Río de Janeiro, Brasil. Policías protestando por los atrasos en sus salarios a un mes del comienzo de los Juegos Olímpicos sorprendieron este lunes a los viajeros que llegaban al principal aeropuerto de Río de Janeiro, con pancartas en las que se podía leer en inglés «Bienvenidos al infierno».

Policías y bomberos del estado de Río de Janeiro protestan por el retraso en sus salarios y por mejores condiciones de trabajo hoy, lunes 4 de julio de 2016, en el aeropuerto internacional de Río de Janeiro (Brasil). EFE

Policías y bomberos del estado de Río de Janeiro protestan por el retraso en sus salarios y por mejores condiciones de trabajo hoy, lunes 4 de julio de 2016, en el aeropuerto internacional de Río de Janeiro (Brasil). EFE

La manifestación de más de un centenar de trabajadores de los servicios de emergencia, incluyendo bomberos, se produjo en la zona de llegadas del Aeropuerto Internacional de Galeao, que será una de las principales vías de entrada del medio millón de turistas que se esperan para los Juegos que comienzan el 5 de agosto.



Una de las pancartas negras que portaban los agentes rezaba: «Bienvenidos al infierno. La policía y los bomberos no están siendo pagados, quien venga a Río no va a estar seguro».

Al mismo tiempo, muñecos vestidos de uniforme se extendían por el suelo para representar a los más de 50 agentes asesinados en Río de Janeiro en lo que va de año. En señal de protesta, una oficial con sangre falsa manchando su cara y sus manos se agarró a uno de los maniquíes con una camisa que ponía «SOS policía».



«Estamos aquí para mostrar a los ciudadanos y a los turistas de fuera las realidades de Brasil», afirmó el policía Alexander Neto, de 56 años. «Ellos han sido engañados y nosotros también. Tienen que entender que no hay seguridad pública», lanzó.

Los policías de Río comenzaron a realizar protestas callejeras la semana pasada, incluyendo otra en el aeropuerto, para denunciar que llevan meses sin cobrar sus salarios íntegros, en momentos en los que el estado de Río está al borde de la bancarrota.

El rescate de emergencia de 2.900 millones de reales (USD 897 millones) liberado la semana pasada por el gobierno federal comenzó a usarse este lunes para pagar los sueldos atrasados de los servicios de emergencia, profesores, personal sanitario y funcionarios de prisiones, informó la prensa local.

– Alza de la delincuencia –
Rio es la primera ciudad de Sudamérica que acogerá unos Juegos Olímpicos. Pero cuando apenas falta un mes para la ceremonia inaugural en el estadio Maracaná crecen los temores sobre la capacidad de la policía para controlar la violencia y la criminalidad durante el mayor evento deportivo del planeta.

Durante el primer trimestre de 2016, los asesinatos aumentaron un 15% en Rio respecto al mismo periodo del año pasado.

Los crímenes no letales, como los robos callejeros, también están al alza, como el ocurrido el viernes cuando un grupo de hombres armados asaltó el camión de la televisión pública alemana, llevándose equipos valorados en unos 445.000 dólares. Los bienes sustraídos fueron encontrados horas después.

David Cervantes, un turista colombiano que se encontró con la protesta de los policías a su llegada a Rio, afirmó estar impresionado.

«No es la mejor bienvenida que puedes esperar de Río de Janeiro, que tiene la reputación de ser una ciudad tan maravillosa», dijo. «No estoy muy seguro de qué pensar».

El alcalde de Río, Eduardo Paes, admitió de su lado que la delincuencia se ha convertido en el problema más grave en vísperas de los Juegos, aunque responsabilizó al gobierno del estado, y no al de la ciudad, de las deficiencias en seguridad.

«Esta es la cuestión más seria en Río y el [gobierno del] estado está realizando una terrible, horrible tarea», afirmó a la cadena CNN.

– La sombra de la corrupción –
Además de la violencia y los efectos de la fuerte recesión, los preparativos para los Juegos de Rio se han visto afectados por la inestabilidad política que sacude a Brasil y los escándalos de corrupción.

Grandes empresas a cargo de la construcción de estadios y otras infraestructuras olímpicas están implicadas en el multimillonario fraude a Petrobras, que ha alcanzado a buena parte de la élite política y financiera del mayor país de Sudamérica.

Ahora la policía investiga una supuesta malversación de fondos en el programa de subvenciones a atletas nacionales para los Juegos Olímpicos, según desveló un reportaje de la TV Globo.

La investigación abarca un total de 30 millones de reales (9,27 millones de dólares) y una veintena de convenios firmados entre varias confederaciones deportivas de Brasil y la empresa SB Marketing e Promoçoes, encargada por el ministerio de Deportes de la gestión de las subvenciones destinadas a la preparación de los atletas.

En una nota enviada a la AFP, la cartera negó tener «cualquier relación con la empresa», aunque reconoció haber identificado «irregularidades» en un convenio realizado con la Confederación de Taekwondo, por lo que está colaborando con la policía.