Sudamérica se ha convertido en una especie de “paraíso” de las cirugías estéticas. La fama de Brasil, por ejemplo, es bien conocida en este tipo de intervenciones: desde una rinoplastía hasta un aumento de prácticamente cualquier parte del cuerpo. A este país acuden también muchos médicos para realizar cursos en cirugía plástica en unos cuantos meses, cuando normalmente deberían durar años.

Lorena Beltran



Y a pesar de la gran cantidad de cirujanos que las realizan y la normalización de estas intervenciones a las que recurren cada vez más mujeres, no existe un control adecuado de las operaciones y sus secuelas.

Vea las imágenes aquí, advertencia, puede que para algunos resulte no muy agradable observarlas bit.ly/29BFnWE



Así lo denunciaron 9 mujeres colombianas en un impresionante reportaje para el diario El Espectador. Las chicas, que van de los veintitantos a los cincuentaitantos años, decidieron valientemente mostrar las cicatrices que terribles cirugías dejaron en sus cuerpos. Todas acudieron a supuestos cirujanos plásticos.

La periodista colombiana Lorena Beltrán es una de las afectadas. Tiene 21 años y decidió someterse a una operación de reducción de senos: “Se me abrió una herida que no cerró bien en la parte inferior, incluso me cabía una falange del dedo, por donde me salía líquido. Tuve que ponerme por mucho tiempo toallas higiénicas en los brasieres, para no manchar la ropa“, narró a El Espectador.

El médico le recetó un medicamento que empeoró la cicatrización, “es traumático tener que maquillarme primero los senos que la cara”, señala. Lorena encabeza el movimiento #CirugíaSeguraYA que busca la reglamentación en los procedimientos estéticos y cirugías plásticas en Colombia.

Otro caso terrible de los consignados por el diario es el de Diana Paola Cordero, quien aceptó un paquete para realizarse una abdominoplastía, una liposucción y un aumento de glúteos con su misma grasa. “Yo era alérgica a la penicilina y él sabía, pero en urgencias descubrieron que me había dado un medicamento con ese componente. Empezaron a hacerme curaciones y drenajes, porque me salían bombas de agua por el cuerpo. Al día 18 ya estaba llena de líquido. Salía un olor fétido y sentía que me estaba pudriendo por dentro“, dijo a la publicación.

Otras mujeres narran sus experiencias con prótesis colocadas al revés, cortes innecesarios, pérdida de sensibilidad, entre otras pesadillas.

Los casos de estas valientes mujeres son una muestra de las consecuencias de la falta de profesionalismo y legislación, y ojalá sean también el inicio de un movimiento que garantice la responsabilidad de los médicos que realizan este tipo de intervenciones. Porque, lamentablemente, estas historias de terror no ocurren solamente en Colombia; hay casos documentados en toda América Latina, en Estados Unidos, e incluso entre mujeres famosas. ¿Quién no recuerda el caso de la cantante Alejandra Guzmán?

Las 9 mujeres de esta historia, todas han sufrido depresión e insomnio, aunados a que deberán soportar estas terribles cicatrices corporales y emocionales por el resto de sus vidas.

Fuente Eldiariony.com