El agua podría ser un arma secreta para los que hacen dieta, según una investigación con casi 10,000 adultos.

Agua con limon



«Los que no estaban hidratados de forma adecuada tenían un índice de masa corporal (IMC) mayor que los que estaban hidratados adecuadamente», dijo la líder del estudio, la Dra. Tammy Chang, profesora asistente de medicina de familia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan.

Además, las personas que bebían demasiada poca agua tenían un 50 por ciento más de probabilidades de ser obesas que las que consumían suficiente, según el estudio.



Ese vínculo se mantuvo incluso después de que los investigadores tuvieran en cuenta algunos factores como la edad, el sexo y los ingresos.

El estudio presentado por el sitio Holadoctor.com  «indica que la hidratación podría tener un impacto sobre el peso, pero no lo demuestra», dijo Connie Diekman, directora de nutrición universitaria en la Universidad de Washington, en St. Louis.

«Pero lo que muestra es que una dieta que incluya más agua, tanto si es una bebida como el agua presente en la fruta y la verdura, probablemente se asocie con un peso más saludable», dijo Diekman, que no participó en el estudio.

Para el estudio, la ingesta de agua se evaluó como adecuada o inadecuada basándose en muestras de orina proporcionadas por la Encuesta nacional de examen de salud y nutrición de EE. UU. de 2009-2012. Los más de 9,500 participantes tenían una edad comprendida entre los 18 y los 64 años, y casi un tercio tenían una hidratación inadecuada, halló el estudio.

El IMC es un cálculo de la grasa corporal basado en la estatura y el peso. En general, los adultos que estaban suficientemente hidratados tenían un IMC promedio de 28, y los que fueron calificados como no suficientemente hidratados, de 29. (Un IMC de 25 se considera sobrepeso; 30 es obesidad).

«Nuestro estudio es transversal, una fotografía en el tiempo», dijo Chang. Los investigadores en realidad no pueden demostrar que haya causalidad, o incluso en qué dirección el vínculo o asociación parece funcionar.

«Podría ocurrir que las personas que son obesas tienen conductas que hacen que no estén hidratadas», dijo Chang. Por ejemplo, podrían comer cuando en realidad están sedientos.

Por el contrario, beber suficiente agua también podría hacer que las personas se sintieran más llenas, planteó Diekman, así que comen menos y no aumentan de peso en exceso. O alguien que esté hidratado adecuadamente podría comer una dieta general saludable, indicó.

Explicar por qué el consumo de agua podría estar vinculado con un peso más saludable iba más allá del alcance de este estudio, señaló Chang.

Chang sugiere un simple medida para evaluar la hidratación: «Solo digo: mire su orina», dijo. «Si su orina es muy ligera, como el agua, sabrá que está tomando la suficiente agua. Si es amarilla oscura, eso significa que probablemente necesite más agua».

Los consejos sobre la necesidad de tomar líquidos deberían estar incluidos en los consejos para perder peso, indicaron los investigadores.

Las recomendaciones varían, pero el Instituto de Medicina sugiere que se consuman a diario 125 onzas (unos 3.5 litros) de agua al día en el caso de los hombres y 91 onzas (unos 2.5 litros) en el caso las mujeres, a partir de todos los alimentos y bebidas juntos.

El agua también puede estar en alimentos llenos de agua, como las manzanas, el apio, los pepinos, las ciruelas y la sandía, por nombrar unos cuantos.

Las personas con mayor peso deben consumir más líquidos que las más delgadas, indicaron los autores del estudio.

Aunque el café y otras bebidas que contengan cafeína pueden actuar como diuréticos, no parecen aumentar el riesgo de deshidratación, según los expertos. Puede contarlos como ingesta de líquidos, dijo Chang, «pero no recomendaría beber café para hidratarse».

El estudio aparece en la edición de julio y agosto de la revista Annals of Family Medicine.