Santo Domingo, República Dominicana. En sentido general se ha sobredimensionado el hecho de que a Roberto Rosario, presidente saliente de la Junta Central Electoral se le haya cancelado el visado oficial y visado personal por parte de la embajada de los Estados Unidos.

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De parte y parte de ha opinado mucho, y de villano, Roberto Rosario pasó a ser una víctima por la actitud que tuvo el señor embajador James «Wally» Brewster, al impedir que el funcionario pueda ingresar a territorio norteamericano.

El patriotismo ha resurgido de entre las entrañas de mucha gente que en este instante ven como algo muy grande la cancelación de la visa a Rosario.



Sin que se tenga una versión oficial por parte de la Embajada de EEUU que se reserva el derecho de admitir a quien le de la gana, porque contrario a República Dominicana tiene leyes migratorias muy claras, se ha querido vender la idea que que todo surgió por el tema haitiano y el supuesto interés por parte de James «Wally» Brewster de documentar a todos los ilegales del vecino país.

Hasta que EEUU no indique los motivos reales todo queda en el campo de la especulación y el villano que montó las elecciones más funestas de la historia moderna en la democracia dominicana, pasó a ser «El gran afectado».

Mientras tanto el país tiene problemas más importantes que debatir en la opinión pública que la revocación de un visado.

Queda pendiente le caso de los Tucanos y la denuncia de soborno, el caso del Instituto Nacional de la Vivienda (INVI) donde más de mil millones de pesos andan volando sin saber qué pasó con ese dinero, esclarecer el caso de la niña Carla Massiel que sin pruebas de ADN le declararon muerta, el tema del pacto eléctrico, la sobrevaluación de las plantas a carbón y la inclusión de los empresarios de ese sector que ahora participarán en la construcción, el aumento a los Policías, esclarecer la muerte del regidor del PRM Catalino Sánchez, todos esos temas importan más que el disparate de la cancelación del visado a Roberto Rosario.