La situación socio-política de Venezuela ha incrementado la presencia de ciudadanos de ese país en la capital dominicana y otras ciudades, muchos de los cuales son profesionales que se dedican a vender jugos, cachapas, arepitas, café y otros comestibles por calles y avenidas.

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Jóvenes venden jugo cerca de la estación Mamá Tingo. ( Justo Féliz)

El periódico Diario Libre en un reportaje de Adalberto de la Rosa presenta  el caso de (Rosa y Manuel) nombres ficticios que agobiados por la crisis económica de su país decidieron venir a la República Dominicana con sus tres hijos. La pareja decidió poner un puesto de empanadas y cachapa próximo a la estación del Metro de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.



Ella es licenciada en administración en su país y tomó una especie de licencia para instalarse aquí. Desde su llegada sus dos hijos más pequeños fueron inscritos en un colegio y el mayor, de 18 años ya trabaja en un taller.

Dice que no le avergüenza el trabajo que hacen y, al contrario, agradecen la hospitalidad con que los han tratado los dominicanos con los que han hecho lazos de amistad, y ya tienen clientes en los tres meses que tienen en el país.



El caso de Miriam (también nombre ficticio), porque prefiere no revelar su identidad por temor a represalia, es una señora de más de 70 años. Es profesora, graduada en literatura y Lenguas, pero aquí se dedica a cargar con un termo por la avenida Mella vendiendo café. En ocasiones le acompaña en la venta de café por las calles una sobrina abogada.

“Lo bueno de aquí es que hay de todo y para comprar no hacemos cola como allá (Venezuela)”, dice.

Informa que ya en su país el salario no les alcanza ni para los alimentos, no hay papel sanitario, ni toallas sanitarias, ni otros productos indispensables.

Su compañera y contemporánea, bien maquillada y cubriéndose del sol con un paraguas, cuenta que aquí se sienten bien por la acogida de los dominicanos y aunque extrañan su patria, prefieren estar aquí con precariedades porque en su país aunque se tenga dinero no hay los productos que requieren para vivir.

Sus planes son retornar a Venezuela y buscar la manera de regresar al país con las familias.