El siguiente pensamiento fue escrito por Jhonny A. Rosario.

En mi cama, acostado mientras mi esposa duerme a mi lado, y mis niños lo hacen en su respectivas habitaciones, y sin tener ningún vínculo o relación en el rapto y asesinato de la niña Carla Massiel, no dejo de pensar en su rostro y el de su madre que a diario vemos en los medios de comunicación, ambas víctima de propia pobreza y miseria; por parte de delincuentes de pacotillas y como no, de saco, corbata y bata de médicos anti-humanos, que quizás pensaron y no se imaginaron que una simple y pobre niña iba ser noticia nacional. Me llega este caso porque mañana puede ser uno de nosotros.



Carla Massiel muere

Me siento como hace 20 años cuando mataron al niño José Rafael Llenas Aybar. La impotencia de no saber, entender y asimilar la razón por la que seres humanos dañan a otros, a sus familias y sus allegados. Como les quitan la vida a un inocente, a un niño que todavía en su rostro se percibe la ternura angelical propia de su edad, que solo se refleja en el rostro de un niño. La impotencia de intuir, de percibir como aquí en esta sociedad se arreglan y se encubren hechos y expedientes para proteger a poderosos y sus intereses.



Como tú sientes, y hasta te consta que la verdad no se sabrá.

Ver a una sociedad política y gubernamental inmutable e indiferente ante hechos como estos, tratando de tapar el sol con un dedo, y como un individuo (el imputado) habla hasta por los codos, pero como es un “delincuente, un antisocial, un mal nacido”, las autoridades no le hacen caso. Observamos como el Procurador General de la República, con su Swing de actor de cine y estrella de Hollywood evade y hasta “huye” raudo y veloz de los medios de comunicación en su Yepeta, probablemente comprada con mis propios impuestos; impuestos que no me dan derecho a saber ese ¿por qué? de los hechos, pero sí a encubrir me la verdad. Parece que hay grandes y ricos intereses detrás de este caso repugnante y aberrante solo digno de bestias.

Tengo un niño de 9 años, veo su rostro y escucho su voz, y no concibo como se puede dañar un infante de esa manera. ¿Existe algo más valioso que la vida de ese o esa infante. Que tesoro eterno será ese más importante que esa vida y el dolor de sus familiares?

No asimilo como supuestos médicos se asocian con delincuentes para obtener cuerpos y órganos humanos al precio que sea, para experimentar o tratar de salvar la vida de alguien “importante y con dinero”. ¡Coño!, ¿no tienen moral, ética, principios, fe, dignidad, pena, sentimientos, respeto por la vida ajena?, ¿O solo creen en el poder del dinero que no sirve para garantizarles la paz y la tranquilidad, porque a fin de cuentas, te vas a morir y no te lo llevarás?, ¿o solo piensas que eres el único que valora su vida?, los demás también valoran su vida, y tienen seres queridos al igual que usted.

¿De qué le sirve a usted la vida, si ella es a producto del dolor y el sufrimiento de otros?, Yo no secuestré y maté esa niña; pero no logro dejar de pensar en su rostro angelical, y en el de su madre que no tiene ni encontrará razones para su pérdida y dolor, simplemente porque solo son pobres infelices.

A nadie parece que le interesa que surja la verdad, no se le puede hacer caso a lo que diga un imputado, porque yo que visto de saco y corbata, ya di mis declaraciones, y eso es lo que importa y más nada.

La sociedad merece saber la verdad, Yo exijo la verdad, ¿porqué, para qué, como, cuando y quiénes?, están involucrados en la muerte de esta niña. Tenemos derechos constitucionales por nacionalidad y por humanidad, por Dios …

Jhonny A. Rosario: Ciudadano en plenitud de sus Derechos Constitucionales y Legales.