Bogotá, Colombia. Fabiola Perdomo, una de las representantes e las víctimas del conflicto armado de más de medio siglo en Colombia, saludó este viernes el Nobel de la Paz otorgado al presidente Juan Manuel Santos, afirmando que «este premio es para todos».

Juan Manuel Santos



«Este premio es para todos, para las víctimas, para el país», declaró a radio Caracol Perdomo, de 47 años, viuda de un diputado secuestrado y luego asesinado en 2007 por la guerrilla de las FARC. Perdomo trabaja actualmente en la estatal Unidad para las Víctimas.

«Así lo tomo, como un premio para todos nosotros. Es un impulso para el acuerdo. Colombia se merece este premio» de paz, agregó vía telefónica, estimando que Colombia «se lo merece» y que esa mañana de viernes es un «amanecer lleno de esperanza».



El marido de Perdomo, Juan Carlos Narvaez, fue secuestrado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en abril de 2002 con otros 11 diputados del departamento del Valle del Cauca (oeste). Narvaez fue asesinado por sus captores cinco años después en una en una masacre que le quitó a Perdomo al hombre que le «robó el corazón» y padre de su hija, según ella misma contó a AFP.

A principios de septiembre, Perdomo estuvo en Cuba, donde el gobierno de Santos y las FARC negociaban desde noviembre de 2012 para poner fin a 52 años de conflagración. Allí, Perdomo se reunió con los victimarios de su marido. «Fui a encontrar respuestas a muchas preguntas», dijo.

Santos fue galardonado este viernes con el Nobel de la Paz por encaminar un acuerdo de paz histórico firmado por las FARC, y rechazado por la población en un plebiscito.

«Esperamos que esto aliente todas las buenas iniciativas y a todos los actores que podrían tener un papel decisivo en el proceso de paz y aportará finalmente la paz a Colombia después de décadas de guerra», declaró la presidenta del Comité Nobel noruego, Kaci Kullmann Five, al anunciar el ganador.

Colombia vive un conflicto armado que ha enfrentado durante más de 50 años a guerrillas como las FARC, nacidas de una sublevación campesina en 1964, así como otros grupos rebeldes de izquierda, paramilitares de derecha y agentes de la fuerza pública, con un saldo de unos 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.