El presidente de la cámara baja del Congreso de Estados Unidos, el republicano Paul Ryan, expresó este martes su intención de mantener en pie el embargo comercial a Cuba, denunciando los pasos de Barack Obama para reducir las sanciones a la isla.

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«En tanto los dos últimos años de normalización de relaciones solo han envalentonado el régimen a expensas del pueblo cubano, tengo toda la intención de mantener el embargo a Cuba», dijo Ryan, según una nota publicada en Twitter.

Ryan, líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, criticó al gobierno del presidente Raúl Castro, denunciando el encarcelamiento de activistas pro democracia «a una tasa de cientos por mes».



«Y aún así los esfuerzos de la administración Obama para apaciguar este régimen opresivo siguen a todo tren», apuntó.

El viernes, el Departamento del Tesoro anunció una reducción de las sanciones y restricciones comerciales a Cuba, al tiempo que Obama formalizó la normalización de relaciones con la isla como una política oficial estadounidense.

En una Directiva Presidencial, el presidente demócrata definió que con ello se propone hacer que la aproximación con la isla «sea irreversible», lo que fue recibido por la alta diplomática cubana Josefina Vidal como «un paso significativo en el proceso hacia el levantamiento del bloqueo».

Las medidas del Tesoro abarcan la autorización de licencias para importar determinados productos farmacéuticos de origen cubano, el retiro de límites a lo que puedan importar de Cuba viajeros estadounidenses.

Pero Ryan, un opositor sin tregua a las políticas de la Casa Blanca, deploró esos cambios.

«La última movida del presidente Obama solo ayudará a financiar el control de los Castro en el poder y poner en peligro la propiedad intelectual de las compañías estadounidenses», señaló Ryan.

Washington y La Habana, antiguos enemigos de la Guerra Fría, formalizaron relaciones diplomáticas a mediados de 2015.

Pero la normalización completa de las relaciones con Cuba depende, del lado estadounidense, del complejo enmarañado legal que define el embargo económico, político, diplomático y comercial a la isla, en manos del Congreso.

El partido Republicano, que controla también el Senado, se opone a levantar el embargo.

Los republicanos esperan mantener su dominio de la Cámara de Representantes en los comicios generales del 8 de noviembre, pero enfrentan una dura amenaza de los demócratas en el Senado.