Los cubanos se vuelcan este lunes a la Plaza de la Revolución, la tribuna que más amó Fidel Castro, para rendir el primer homenaje de masas al líder que partió la historia de la isla.

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La peregrinación al corazón político de La Habana donde Castro sedujo a multitudes con sus maratónicos discursos, y no pocas veces retó a Estados Unidos, abre una semana de tributo al padre de la Revolución.

«Ve a la Plaza, y vas a ver lo qué es de verdad el pueblo de Cuba (…), cómo sufre cuando de verdad siente», señala Jorge Guilarte, un bicitaxista de 50 años.



El deceso del Comandante el viernes a los 90 años silenció a la isla del bullicio.

Quizá La Habana nunca había vivido un fin de semana tan atípico. Por orden del gobierno, que declaró nueve días de duelo nacional, no hubo música ni licor en los sitios públicos.

Las cenizas del hombre que gobernó sin concesiones durante 48 años, antes de que una enfermedad lo obligara a ceder el poder en 2006 a su hermano Raúl, serán expuestas en la Plaza de la Revolución hasta el martes.

Al día siguiente iniciará una procesión con los restos que recorrerá 13 de las 15 provincias, y que concluirá el domingo en Santiago de Cuba, donde serán depositados en el cementerio Santa Ifigenia tras un recorrido de unos 1.000 km.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, prevé sumarse a las honras fúnebres el martes, según publicó la prensa estatal de ese país.

Se espera que otros líderes extranjeros también lleguen a Cuba durante la semana. No en vano la muerte de Fidel Castro, un controvertido protagonista del último siglo, ha generado una cadena de reacciones en todo el mundo.

Por lo pronto, «cualquier cubano que sea digno, debe ir a la Plaza a rendirle el último adiós a Fidel, que es Cuba», afirmó Ernestina Suárez, una ama de casa de 67 años.

La diezmada disidencia suspendió cualquier acto de repudio contra el dirigente por respeto al duelo nacional, mientras el exilio en Miami sigue festejando con champaña la muerte de Castro.

Daniel Martínez, un cocinero de 33 años, no es opositor pero tampoco irá a la Plaza de la Revolución.

«No tengo nada contra Fidel en lo personal, pero no soy castrista (…). No me gusta este sistema ni con Fidel ni con Raúl, porque aquí nada cambia», expresó.

– «Imperio perverso»

El histórico dirigente, que levantó un régimen comunista a menos de 200 km de las costas de Estados Unidos, en plena Guerra Fría, pronunció su último discurso en la Plaza de la Revolución el 1 de mayo de 2006, dos meses antes de caer gravemente enfermo a raíz de una hemorragia intestinal.

Ese día Fidel, como lo llamaron siempre los cubanos, habló de economía, destacó los logros de la Revolución que inició en 1959, y se refirió a Estados Unidos como un «perverso imperio».

De 72.000 m2, la plaza que desde primeras horas colman los cubanos está dominada por el monumento en mármol a José Martí, héroe independentista. Al frente se levanta el edificio con la icónica imagen en relieve del «Che» Guevara.

En marzo de este año Barack Obama estuvo en ese mismo sitio en el marco de la primera visita que realizó un presidente de Estados Unidos en 88 años.

Obama y Raúl Castro restablecieron los vínculos diplomáticos entre Estados Unidos y Cuba después de más de siglo de ruptura.

El saliente mandatario estadounidense echó a andar un paulatino proceso de normalización de relaciones que podría quedar comprometido con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

Poco después de conocerse el deceso de Fidel Castro, Trump lo llamó un «dictador brutal» y prometió que hará todo lo posible para garantizar la libertad en Cuba.

Obama flexibilizó el embargo contra la isla vigente desde 1962, autorizando el regreso de los cruceros y aviones comerciales a la isla después de medio siglo.

En pleno duelo por la muerte de Fidel, este lunes está previsto que aterrice el primer vuelo de American Airlines en La Habana tras la reapertura de los cielos en agosto.

El fallecido exmandatario nunca se opuso abiertamente al acercamiento con Estados Unidos que propició su hermano, pero tampoco cedió en su desconfianza frente al «imperio».