Estados Unidos. El condado de Los Ángeles sepultó este miércoles las cenizas de 1.430 cadáveres que nadie reclamó durante los últimos tres años.

cementerio



Muchos no tenían casa, otros no tenían familia y los que sí, no contaban con los recursos para enterrarlos.

Después de fallecer –en hospitales, casas de reposo para ancianos o en la calle–, las autoridades esperan 30 días antes de cremarlos y luego conservan las cenizas en cajas por tres años en un depósito del crematorio de la ciudad, esperando a que sus seres queridos las reclamen.



Poco antes del entierro se colocan juntas en una única sepultura que se entierra bajo una placa que dice «2013».

«Muchos son individuos que por una razón u otra no tienen a nadie sino al condado para proveerles un entierro digno y respetuoso. Algunos son indigentes, muchos pobres. Algunos no tienen familiares que los lloren», indicó el supervisor del condado, Don Knabe, en un comunicado.

La ceremonia, que se realiza desde 1896 en Los Ángeles, contó con representantes de las principales religiones, que participaron con una oración o alguna costumbre de su fe. Ningún familiar acudió.

Entre los restos se cuentan unos 126 niños y ocho personas sin identificar.