Hoy mismo, uno de cada cinco jóvenes dominicanos no irá a clases ni al trabajo. Son los “Ninis”, es decir, personas de entre 15 y 24 años que, por varios factores, se han quedado fuera del sistema educativo y la vida laboral.

Es una situación que Rosa Díaz de Santo Domingo conoce bien, pero de la que logró escapar recientemente.



«Mi vida ha cambiado radicalmente, porque antes nunca había trabajado. Pero ahora [que he conseguido un empleo] mi meta es seguir estudiando y reinscribirme en la universidad. Tengo más esperanza para el futuro, claro que sí», afirmó con orgullo.

Aunque miles de jóvenes en República Dominicana, no han tenido la misma suerte que Rosa, tampoco se trata de una tendencia exclusiva en este país. A pesar de una década de alto crecimiento económico y una reducción significativa en la desigualdad y la pobreza en casi toda América Latina, uno de cada cinco jóvenes abandona el sistema educativo sin las habilidades necesarias para integrarse a la fuerza laboral.



A pesar de que esta proporción se ha mantenido constante desde 2003, representa cada vez un mayor número de jóvenes Ninis, alcanzando hoy 434 mil en República Dominicana.

Es paradójico que siendo una de las economías de más rápido crecimiento en América Latina, la proporción de jóvenes excluidos del sistema educativo y laboral en República Dominicana haya mostrado tal persistencia.

¿Quiénes son estos jóvenes? A continuación detallamos cuatro características que quizás no conocías sobre los Ninis en República Dominicana:


1. La mayoría son mujeres

Tres de cada cinco Ninis en la República Dominicana son mujeres – una proporción menor al resto de la región. Para las mujeres latinoamericanas, el factor más importante detrás de la probabilidad de ser Nini es el matrimonio y el embarazo durante la adolescencia. Según un reporte del Banco Mundial, entre 2010 y 2013 la tasa de fertilidad entre adolescentes dominicanas bajó de 103 a 98 por cada 1,000 mujeres entre los 15 y 19 años de edad. Aunque la tendencia es a la baja, la tasa de fertilidad entre adolescentes sigue siendo substancialmente mayor a la media regional de 72 por cada 1,000 mujeres adolescentes.

2. Hombres, el grupo que más crece

En 2013, un 21,4% de la población entre 15 y 24 años en República Dominicana no estudiaba ni trabajaba – una tasa ligeramente superior al promedio regional. Sin embargo, esta cifra esconde una tendencia preocupante: el aumento en el número de Ninis se explica, casi en su totalidad, por el incremento en hombres fuera del sistema educativo y laboral. Hace dos décadas, eran unos 88 mil jóvenes, varones. En 2013 este número se había casi duplicado a unos 164 mil. Este aumento general de Ninis hombres es particularmente preocupante ya que de acuerdo con el Banco Mundial una mayor incidencia de Ninis varones, en contextos de debilidad institucional, está relacionada con un aumento en la criminalidad.

3. Más ingresos no significa menos “Ninis”

En América Latina, la incidencia de Ninis es mayor en hogares pobres, disminuyendo sistemáticamente a medida que aumenta el ingreso. Pero este no es el caso en la República Dominicana, pues la tasa más elevada de Ninis se encuentra en hogares de ingreso medio-bajo. Esto sugiere que el fenómeno de los Ninis en República Dominicana no necesariamente está determinado por la falta de ingreso. Más bien podría estar vinculado a restricciones en la oferta educativa como baja calidad de los servicios escolares o poca pertinencia para satisfacer las necesidades del mercado laboral.

4. Los quince años; un momento crucial

Según datos del 2013, la gran mayoría de los jóvenes a los 15 años estaban dentro del sistema educativo en República Dominicana. El problema de los ninis surge entre los 15 y 19 años, cuando cerca del 40% de los jóvenes abandona el sistema educativo y sólo una fracción de ellos encuentra oportunidades en el mercado laboral.

Para jóvenes latinoamericanos y caribeños el abandono escolar a temprana edad es el camino más común para convertirse en Nini, particularmente para los hombres. Sin las habilidades  necesarias para obtener un trabajo, se ven obligados ir al  mercado laboral informal, donde el empleo es por naturaleza inestable y temporal.

Una vez que pierden ese trabajo, nunca regresan a la escuela. Ahora, ¿cuales son las políticas para reducir el abandono y el desempleo entre jóvenes Ninis en la República Dominicana?

La prevención, la política más efectiva

Las intervenciones de desarrollo infantil temprano, especialmente entre los niños de hogares pobres o vulnerables, son las más eficientes para generar competencias cognitivas básicas y socioemocionales, reduciendo así el abandono escolar y el desempleo entre jóvenes. La forma más efectiva de incrementar los aprendizajes es mejorar la calidad de la docencia.

A pesar de que los programas de transferencias condicionadas han disminuido el abandono escolar en primaria y en el primer ciclo de secundaria, su efectividad es limitada en el nivel medio superior. Para remediar las imperfecciones de toda una trayectoria escolar deficiente se requiere más que una beca.

Evaluaciones recientes en Estados Unidos muestran que para retener a este tipo de estudiantes en riesgo es necesario combinar una estrategia para subsanar parte de las deficiencias en habilidades cognitivas básicas —en particular las matemáticas, con acompañamiento psicológico para generar o fortalecer las habilidades socioemocionales.

Este tipo de intervenciones han probado su efectividad, pero no son baratas y por eso es importante implementarlas junto con una estrategia de focalización que dirija los esfuerzos a los jóvenes con mayor riesgo de abandonar el sistema educativo.

La capacitación, clave para proveer oportunidades

Una iniciativa apoyada por el Banco Mundial ofrece a los jóvenes más vulnerables oportunidades para desarrollar habilidades en sectores claves con el propósito de mejor facilitarles el ingreso al mercado laboral.

“Aprendí mucho”, explica Francis, un joven de Santo Domingo. “Aprendí a perder el miedo, a relacionarme con personas diferentes, a tener la capacidad, a tener más conocimientos y a tener mejor desempeño en las cosas que yo hago hoy en día”.

Al cerrarse, la iniciativa había alcanzado a 38,000 jóvenes, el 95% de los cuales son de las comunidades más pobres de República Dominicana y el 60% eran mujeres. A los seis meses de graduarse, el 71% ya habían conseguido trabajo.

“La iniciativa ha tenido impactos positivos, incluidos el aumento de los ingresos y la obtención de trabajos de mejor calidad por parte de los participantes”, afirma McDonald Benjamin, representante del Banco Mundial en el país. “Se han visto impactos también en la autoestima y confianza de los jóvenes y en la satisfacción de los empleadores.  El Proyecto fue un complemento clave para los esfuerzos del Gobierno dominicano de ampliar la protección social para los jóvenes y ayudarles a prepararse para un futuro más promisorio”.

El programa consiste en capacitaciones cortas, de tres a seis meses, diseñadas e implementadas por el sector privado con subsidios gubernamentales. Estas capacitaciones incluyen no sólo módulos técnicos sino también acompañamiento a los estudiantes para la generación de habilidades socioemocionales, y son complementadas por pasantías que facilitan la inserción en el mercado laboral. Este tipo de programas mejoran la empleabilidad y los salarios de los jóvenes, inclusive en el largo plazo.

Fuente: Bancomundial.org