Para estar durante 15 años en un país “ganando” licitaciones y haciendo negocios por más de 4,500 millones de dólares, hay que ser muy hábil y utilizar toda la astucia necesaria, a fin de lograr mantenerse, así tenga que sobornar o utilizar otra maniobra con todos y cada uno de los funcionarios del gobierno de turno.
La empresa brasileña Norberto Odebrecht lo hizo y para que sus ofertas surtieran los efectos esperados, ofreció muchos dólares a presidentes, ministros (secretarios), directores, asistentes, consultores y hasta a amigos cercanos de estos.
Una fuente de entero crédito dijo al periódico digital DominicanosHoy.com que para lograr hacerse de un contrato en el Estado por cientos de millones de dólares, ejecutivos de la empresa brasileña usaron todas las artimañas habidas y por haber.
El informante reveló que a los funcionarios y “sus amiguitos”, Odebrecht fue capaz de sobornarles desde los millones de dólares que ya se conocen, hasta conseguirles mujeres brasileñas de revistas, tipo “Playboy”.
“Es que el escándalo de sobornos por 92 millones de dólares de la Odebrecht no solo revela la profundidad de la corrupción existente en República Dominicana, sino hasta lo perverso que puede ser un ministro del país. Hay un dicho que reza: el sueño de un negro es una rubia… y hasta en eso fueron complacidos funcionarios dominicanos”, aseguró.
El informador, de quien hacemos reservas de su identidad, agregó que esos malos funcionarios y sus modelos de la vida alegre dirigían la economía dominicana junto a la Odebrecht. “Sin ningún tipo de tapujo las paseaban por los sitios públicos del país, restregándole a la sociedad en la cara la fémina en que se gastaba el dinero que pagaban con sus impuestos”.
Recordó que organismos de inteligencia internacional, también se hacían valer de mujeres para solucionar una que otra dificultad. “Es que las mujeres son más persuasivas y eficaces en lograr un propósito y ella fueron figuras protagonistas en los sobornos de Odebrecht”.
Añadió que “el pueblo no es ciego y vio a muchos funcionarios de esa época pasear con modelos de 20 y 22 años por restaurantes y plazas comerciales del país, dándose los mejores banquetes, mientras que los pobres del país se van a la cama sin probar un bocado. Viajaban a Miami y a Cuba; se burlaron de la miseria generalizada de esta sociedad”.
“Se creían los James Bond dominicanos exhibiendo esas mujeronas, sin darse cuenta que era para sacar los cheques rápido. Algunos de estos funcionarios fueron tan atrevidos que hasta llegaron a comprar carros de lujo costosísimos a estas mujeres”, contó.
El caso
Según la Odebrecht, los contratos en República Dominicana comenzaron hace 14 años (en 2002), pero la empresa constructora confirmó al Departamento de Justicia de Estados Unidos que a los altos funcionarios del gobierno dominicano se les empezó a pagar dinero de sobornos un año antes de iniciar las contratas en el país, en 2001.
En las declaraciones realizadas por la empresa al Departamento de Justicia, se detalló el pago de USD $788 millones a un total de 12 países, en su mayoría latinoamericanos, entre los cuales la República figura en el tercer lugar entre los gobiernos a los que más se les pagó sobornos, con US$92 millones, solo por debajo de Brasil, que recibió US$349 millones, y Venezuela, US$98 millones.
En el informe, además de Brasil, Venezuela y República Dominicana, los demás citados en el documento son: Colombia con 11 millones en pago de sobornos; Guatemala, con 18 millones; Ecuador, 33.5 millones; México, 10.5 millones; Mozambique, 900 mil dólares; Panamá, 59 millones; Perú, 29 millones; Angola, 50 millones, y Argentina, 35 millones.
Aunque aún no salen a relucir los nombres de cómo o a quiénes Odebrecht les hizo pago de los sobornos en la operación “Lava Jato”, en la declaración de la multinacional a EE.UU, se cita que el pago de los USD $92 millones se efectuó entre los períodos de gobierno de Hipólito Mejía, los dos de Leonel Fernández y el primero de Danilo Medina.
Que Odebrecht confiese los delitos y apunte a sus cómplices en las altas esferas del poder no es mera casualidad. El presidente de la constructora y un equipo de 77 empleados de alto rango negociaron acuerdos con la justicia para reducir sus condenas. Marcelo Odebrecht, por ejemplo, fue condenado a 19 años por delitos que van de lavado de dinero a asociación criminal. La compañía aceptó pagar la multa para cerrar las investigaciones en EE.UU, Brasil y Suiza.