James -Wally- Brewster deja República Dominicana sin sabores amargos y con la certeza de que los mensajes de odio que recibió, ya sea por ser homosexual o sus críticas, no representan el “maravilloso ser humano” que es el dominicano.

Así lo dejó ver el embajador de Estados Unidos en el país, que parte de manera definitiva hacia Dallas este viernes. Sus palabras durante el reconocimiento que le hizo el Ministerio de Medio Ambiente por sus aportes al país y de manera particular por su apoyo a los recursos naturales y a la lucha contra el cambio climático, fueron una especie de despedida que arrojó razones sobre su quehacer tan controvertido en el país.



Al embajador le preguntaron que si se llevaba algún tipo de resentimiento de República Dominicana, por los ataques hacia su preferencia sexual, o por abanderar críticas sobre la corrupción, la nacionalidad y el narcotráfico. “Para nada”, dijo. “No me llevo ningún sabor amargo, porque ustedes nos permitieron hacer aflorar… estos temas, que se llevaran a debate público, sostener estas conversaciones sobre estos temas importantes”, respondió y de esta manera dejó clara su intención muy bien atinada de poner sobre la palestra asuntos tan delicados.



El ministro de Medio Ambiente, Francisco Domínguez Brito, entregó al diplomático como reconocimiento una escultura de manatí tallada en madera que el embajador prometió llevar a Dallas. El evento se celebró en la Casa del Té del Jardín Botánico, en la capital.

Brewster terminó su discurso de agradecimiento con dos llamados: el primero a tomar acciones y medidas agresivas contra las amenazas al medio ambiente (“de no ser así perderán sus hermosas playas, sus agricultores no dispondrán de recursos”) y otro que enfatiza la igualdad. “Una última cosa… todos somos seres humanos y todos somos una familia en todo el mundo. El amor siempre ganará. Independientemente en el ámbito en que se desempeñen, sean como políticos o donde sea, somos seres humanos y recuerden que el amor siempre gana”, concluyó .

Fuente El Caribe