Este miércoles dos pavos competirán en la Casa Blanca por el tradicional perdón presidencial. Uno de ellos se salvará de ser beneficiado para las fiestas del Día de Acción de Gracias en Estados Unidos.
El afortunado pasará el resto de su vida en una granja, como otros sobrevivientes perdonados por anteriores presidentes, una costumbre que introdujo en 1947 Harry Truman.
El otro se unirá a los 47 millones de sus semejantes que serán servidos este jueves en cenas en todo el país, según cálculos del Departamento de Agricultura de EE.UU.
Es una tradición muy estadounidense (cena con pavo y perdón presidencial), pero no por eso algo que acepten de buena gana los movimientos de defensa de animales o los promotores de las dietas vegetarianas.
La BBC infoma que en las últimas semanas, grupos como Gente por el Tratamiento Ético de los Animales (PETA, por sus siglas en inglés) han intensificado sus «campañas vegetarianas» para convencer a los estadounidenses de cambiar el menú de Acción de Gracias, por uno menos sangriento.