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En una caldera a presión y abucheado a más no poder por los 20.000 espectadores que un día le idolatraron y ahora le odian, LeBron James respondió con una exhibición de su talento y, con 38 puntos en 30 minutos, destrozó al que fue su equipo durante siete temporadas en la NBA. Miami apabulló a Cleveland 115 por 86. Así concluyó el relato de uno de los partidos más esperados de los últimos años, una historia llena de morbo que nació cuando el pasado verano LeBron anunció que abandonaba Cleveland, la franquicia que lo apostó todo por él y en la que estuvo siete años, para irse a Miami y formar un big three con Dwyane Wade y Chris Bosh.
De: Elpais.com