La rápida intervención del Consulado General de la República Dominicana en esta ciudad evitó la condena y posible deportación a su país de un ciudadano que fue declarado culpable del delito de fraude, cuando intentó validar su licencia de conducir en el estado de New Jersey.
Carlos Díaz, residente legal, se presentó al Departamento de Vehículos de Motor de esa ciudad a realizar los trámites para validar su documento de conducir por el de esa ciudad, pero los oficiales que le atendieron encontraron algunas borraduras en el documento, lo cual interpretaron como alteraciones y procedieron a formularle cargos por fraude.
El problema lo llevó a la cárcel por varios días y de haber sido encontrado culpable por un jurado o declararse él culpable se convertiría en una persona no elegible para permanecer en territorio norteamericano, situación que lo pondría camino a la deportación al momento de intentar renovar su tarjeta de residencia u obtener la ciudadanía de esta nación.
Conscientes de la complicada situación jurídica legal, los parientes del detenido solicitaron la intervención del esta sede consular y de inmediato recibieron la asistencia del doctor Tamayo Tejada, director del Departamento de Protección al Ciudadano y uno de sus asistentes, el ingeniero Leonardo Gil, auxiliar consular.
La primera acción de los especialistas fue investigar la idoneidad del documento ante el Departamento de Tránsito Terrestre del Ministerio de Obras Públicas en Santo Domingo, el cual certificó la autenticidad y legalidad de la licencia de conducir que porta Carlos Díaz.
Por instrucciones del cónsul general, Rafael Evans y amparados en lo que establece la Convención de Viena de 1963, sobre relaciones consulares, acudieron a la Corte que lleva el caso y depositaron la certificación emitida por el organismo dominicano ante el abogado defensor de los documentos oficiales.
Explicaron sus argumentos ante el fiscal y el juez encargados del caso, los cuales procedieron a retirar los cargos presentados contra el dominicano Carlos Díaz, una decisión que lo salvó de varios años de cárcel y de la inminente deportación, previstas para casos de fraude con documentación oficial.
Carlos Díaz y sus familiares estallaron en júbilo al conocer la decisión de la corte y agradecieron la diligente gestión del Consulado de Nueva York, destacando la profesionalidad, espíritu humanista y solidario con que actuaron los responsables del Departamento de Protección al Ciudadano.
La agencia de noticias Antena informa que en los últimos meses ese departamento ha logrado resolver casos muy difíciles de deportación, violencia doméstica, litis por custodia y guarda de menores de edad, entre otros conflictos, con los cuales han sido liberados de las cárceles o de la deportación hacia su país a más de una docena de dominicanos.