Un desafiante Muammar Gaddafi afirmó estar listo para morir como «un mártir» en Libia, y prometió aplastar una revuelta que rebeldes vieron como una liberación de las regiones del este tras 41 años bajo su control y que derivó en mortales disturbios en la capital.

Gaddafi, ataviado con una túnica marrón, se mostró furioso y golpeó el atril ante el que hablaba el martes en el exterior de una de sus residencias, dañada en 1986 en un bombardeo en el que Estados Unidos intentó asesinarlo. A su lado se erigía un monumento de un puño gigante aplastando un jet estadounidense.



«No voy a dejar esta tierra, moriré aquí como un mártir», dijo Gaddafi en el canal estatal, negándose a ceder a las demandas de sus propios diplomáticos, soldados y manifestantes, que clamaron en las calles que se marche.

Masivas protestas en las vecinas Túnez y Egipto derrocaron a sus veteranos líderes, pero Gaddafi dijo que no se irá por la rebelión que barre su vasta nación petrolera de siete millones de habitantes, que se extiende del Mediterráneo al Sáhara.



«Me voy a mantener aquí desafiante», agregó Gaddafi, quien ha gobernado con una mezcla de populismo y estrecho control desde que llegó al poder en 1969 con un golpe de Estado.

En Nueva York, el Consejo de Seguridad de la ONU también condenó el martes el uso de la violencia en Libia e hizo un llamamiento para que los responsables de los ataques contra civiles rindan cuentas ante la justicia.

La agitación en Libia, que produce casi el 2 por ciento del petróleo del mundo, envió los precios del crudo Brent de Londres sobre 108 dólares el barril, a un máximo en dos años y medio, y desencadenó el peor día en Wall Street desde agosto debido a que los inversores se despojaron de acciones.

La Casa Blanca dijo que la comunidad internacional debe unir su voz ante la «atroz violencia» en Libia y la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, señaló que su país tomará «medidas apropiadas» en su momento.

Fuente: lta.reuters.com