Durante varias horas, Ashley Russell creyó que su hija había muerto. Una página de internet sobre personas desaparecidas durante el tsunami que barrió una extensa zona de la costa oriental japonesa así lo afirmaba, Finalmente, el austríaco descubrió que la información era una broma y que su hija, Alice Byron, estaba viva y a salvo.
Russell, quien reside en la ciudad australiana de Sydney, quedó emocionalmente muy afectado el martes tras leer un mensaje colgado el sábado por la noche en una página de Google según el cual un hospital había confirmado la muerte de la mujer de 21 años, quien enseñaba inglés desde hace nueve meses en la aldea costera de Ofunato.
El comunicado mencionó el nombre del centro y el número telefónico de un verdadero hospital, pero dio el nombre falso de un médico. Su padre contó que varios amigos afincados en Japón lograron telefonear al hospital y confirmaron el engaño.
«Hay personas muy malvadas», comentó Russell, un editor de 48 años. «Su patrón me dijo que otras personas habían sufrido la misma broma».
Ya que miles de personas siguen desaparecidas tras el tsunami que siguió el viernes al potente sismo, el potencial de dichas bromas pesadas es enorme.
«Esa gente busca una reacción», dijo Byron, localizada el martes por The Associated Press en el Ayuntamiento de Ofunato, en la prefectura de Iwate. «Hay gente en internet que desean hacer bromas a costa de una mala situación y hacer chistes de mal gusto».
La joven contó que se encontraba en su casa de Ofunato cuando ocurrió el sismo. Escaló la colina situada tras su apartamento y vio cómo la ola se llevaba coches y gran cantidad de escombros tierra adentro.
«Una de las cosas más difíciles de encarar psicológicamente fue no contactar a mi familia para decirle que me encuentro bien», indicó la joven. Finalmente pudo enviar un breve correo electrónico que decía: «segura, evacuada al ayuntamiento. Los quiero», utilizado un teléfono satelital.
Empero, reconoció que «hay gente que ha perdido mucho más que yo, y creo que el hecho de que alguien les gastara una broma en el contexto de este desastre es una de las cosas más pequeñas e insignificantes, incluso si hizo pasar a mis padres un mal rato».
Fuente:Yahoo.es