Yewri Guillén era un joven de 18 años que hace solo dos meses había logrado firmar un contrato para convertirse al profesionalismo con los Nacionales de Washington.

Su talento era reconocido por todo el que llegó a verlo jugar y por esa razón estaba programado a viajar a los Estados Unidos y jugar en los circuitos minoritarios de Washington sin pasar por la Liga de Verano en su país.



Pero ese chance desapareció luego que muriera el viernes por meningitis bacterial, que es una inflamación de las meninges, la membrana que cubre el cerebro.

Pero la historia de la enfermedad y fallecimiento de este joven talento saca a relucir un problema que afecta al béisbol dominicano mucho más que las falsificaciones de actas de nacimiento o el uso de sustancias para mejorar el rendimiento.



De acuerdo a los padres de Guillén, el joven se quejó por fuertes dolores de cabeza y fiebre durante tres días en la academia de los Nacionales, localizada en la comunidad costera de Boca Chica.

Pero Guillén no fue tratado por un médico en el complejo de Washington, sino que un «trainer» lo mantuvo bajo observación, según informó a la AP el administrador de la academia, Fausto Severino.

En vez de ser llevado a un médico, Guillén fue enviado a su casa en Nigua, a una hora y media de distancia de la academia, y donde fue recibido por sus padres.

El problema en todo este detalle es que Guillén aun no había recibido su seguro médico de los Nacionales, según su padre Carlos Guillén, ni tampoco un centavo de los $30 mil dólares del bono que firmó.

Dos días después de llegar a su casa, Guillén fue llevado a una clínica privada en Santo Domingo que se negó a ingresarlo por la ausencia de seguro o de 50 mil pesos dominicanos ($1,300 dólares) para garantizar gastos.

Posteriormente sí llegó a un centro médico que le brindó asistencia, pero ya era muy tarde. Siete días después, Guillén falleció.

¿Dónde se enfermó Yewri, que se encontraba desde febrero en la academia de los Nacionales y solo visitaba a sus padres durante los fines de semana?

¿Por qué no había un médico disponible para atenderlo durante los tres días que permaneció enfermó en el complejo de Washington?

Son cosas incomprensibles y el silencio de los Nacionales para ofrecer una aclaración lo es aún más. No importa que la familia Lerner se comprometiera a cubrir los costos del sepelio de Guillén o que se hiciera una recolecta para ayudar a los familiares.

La muerte de Yewri Guillén nunca debió de suceder, porque había muchas medidas que se pudieron haber tomado para evitarla.

Nota publicada por Dionisio Soldevila en Espndeportes.espn.go.com