Los altos precios de los comestibles mantienen al grito tanto a las amas de casa como a los dueños de colmados que dicen haber disminuido sus ventas entre un 25 y un 40 por ciento, en los últimos meses.
Los comerciantes afirmaron al periódico El Nacional que la disminución de las ventas, las altas facturas eléctricas, los impuestos y el alza de los alquileres provocan la quiebra de sus establecimientos.