La reputación que Dominique Strauss-Kahn tenía entre las mujeres le valió el sobrenombre de «el gran seductor» y ni siquiera una aventura con una subordinada desvió al director gerente del Fondo Monetario Internacional de su avance político con dirección a la presidencia de Francia. Todo eso cambió con los delitos de que se le acusan de haber agredido sexualmente a una mucama de su hotel, un caso que ha provocado sorpresa y repulsión en su país.
Un policía dijo que la mucama reconoció a Strauss-Kahn de una fila de sospechosos. A menos que los cargos sean retirados, estos podrían destruir sus posibilidades de entrar en la contienda presidencial que recién comenzaba a calentar motores.
Una audiencia ante un juez para determinar su encausamiento que estaba prevista para el domingo por la noche fue aplazada hasta el lunes. El abogado de Strauss-Kahn William Taylor indicó que las pruebas para la evidencia demoraron la sesión de encausamiento.