Grandes Ligas tiene es sus manos el caso de Yewri Guillén, prospecto dominicano de los Nacionales de Washington quien murió recientemente debido a meningitis, y deberá decidir si los Nacionales de Washington fueron negligentes o no a la hora de ofrecerle asistencia médica.
Yewri Guillén se quejó de fuertes dolores de cabeza en la academia de los Nacionales ubicada en República Dominicana. De allí, sin darle tratamiento médico, lo enviaron a su casa. El padre de Guillén debió buscar ayuda para su hijo, ya que los dolores de cabeza continuaron, una labor que duró varios días hasta que pudo ubicar una clínica que lo aceptara al no tener seguro médico. Al momento del diagnóstico ya era tarde y Yewri murió poco tiempo después de estar hospitalizado.
El resto de los detalles del caso Guillén pueden ser ubicados en trabajos de gran calidad que periodistas como Dionisio Soldevila y Yoel Adames han publicado al respecto y que los invitamos a revisar. Lo que nos gustaría resaltar son algunos puntos que esperamos sean tomados en cuenta en la investigación y eventual resolución del caso por parte de Grandes Ligas para así evitar que se repitan experiencias tan lamentables en el futuro.
Protocolo de MLB para problemas médicos
Resulta hasta sorprendente que luego de tantos años de operaciones en República Dominicana, Grandes Ligas no tenga un protocolo o plan de acción que deba seguirse a la hora de una emergencia médica. La realidad, descubierta por el caso de Yewri Guillén, es que los equipos tienen plena libertad para determinar qué acciones tomar y eso genera una gran disparidad producto de muchos factores: inversión, interés y responsabilidad social, entre otros.
Así como hay equipos que pueden ofrecer una atención médica digna de las mejores instalaciones del mundo, existen otros que pudieran limitarse a ofrecer servicios básicos. Ese es el problema cuando no se tiene una política general que sea aplicada a todos por igual, especialmente en un área tan delicada como lo es la salud de cientos de niños y jóvenes que entrenan a diario.
La política general debería establecer claramente los pasos que deben seguir los equipos de MLB en caso de una lesión o enfermedad e incluir detalles de las personas que deben contactarse en caso de emergencia en cada uno de los países correspondientes.
Eso de crear protocolos o políticas uniformes no debe ser visto como un reto difícil y, de hecho, hay un antecedente que vale la pena resaltar.
En el otoño del 2002, la oficina del comisionado de las Grandes Ligas puso en circulación un borrador, que posteriormente se convirtió en el documento oficial, sobre los estándares mínimos y procedimientos de inspección de las instalaciones utilizadas por los equipos de las Grandes Ligas en Latinoamérica.
Los estándares son producto de un trabajo realizado por la oficina de Grandes Ligas en República Dominicana, en ese momento al mando de Rafael Pérez, para orientar a los equipos de las Grandes Ligas sobre cómo manejar sus operaciones en Latinoamérica. Ese fue un paso en la dirección correcta para elevar la calidad de las instalaciones utilizadas en el entrenamiento de peloteros en, principalmente, República Dominicana y Venezuela.
Claro que esos estándares mínimos tienen ciertos problemas.
A pesar que las normas indican que «todo complejo y academia en Latinoamérica debe respetar los estándares establecidos», lo cierto es que en la práctica sólo algunos equipos los siguen, ya que no son de cumplimiento obligatorio. Algo irónico, por cierto.
Otro punto controvertido es que en Estados Unidos y Canadá existen estándares mínimos sobre las instalaciones utilizadas por los equipos de Grandes Ligas en el sistema de ligas menores que están incluidos en las Reglas de las Grandes Ligas. A pesar que las academias y ligas de verano en Venezuela y República Dominicana también forman parte de ese sistema de ligas menores, los estándares aprobados para Latinoamérica son sólo una versión «tropicalizada» e incompleta de los estándares norteamericanos.
Pero la realidad es que los estándares existen y de alguna manera sirven para incentivar a los equipos en esa área.
En el caso de problemas de salud y la manera como los equipos de Grandes Ligas deben reaccionar a la hora de una emergencia resulta aún más importante que exista un protocolo a seguir en todos los países donde estos tengan operaciones, ya que la vida de los jugadores pudiera estar en riesgo, tal como lo demostró el caso de Yewri Guillén. Es crucial que Grandes Ligas dé un paso adelante cuanto antes y llene ese vacío.
Desarrolladores físicos
Grandes Ligas tampoco tiene estándares mínimos que deban ser cumplidos por los entrenadores que laboran en las academias y que muchas veces toman decisiones que impactarán el futuro de los jugadores. De hecho, «desarrolladores físicos» es una denominación muy amplia que se le otorga, en algunos casos, a personas que no poseen una preparación médica ni para tratar lesiones menores.
Sabemos que algunos equipos contratan profesionales preparados y que hacen una buena labor pero, de nuevo, el problema es que sin una política general de Grandes Ligas se permite la contratación, ya sea por razones económicas o negligencia, de personas que no deberían estar en esas labores.
El problema de los desarrolladores físicos se puede corregir de una manera sencilla al exigir una certificación de una institución académica reconocida y crear un plan de entrenamiento que ayude a complementar y evaluar esas habilidades.
Indudablemente que el no tener requisitos mínimos y que algunos equipos de Grandes Ligas puedan emplear a personas sin la preparación debida en capacidad de desarrollador físico es un acto irresponsable que se debe impedir. Esa política debe incluir no sólo a República Dominicana sino también a Venezuela y al resto de los países donde Grandes Ligas tiene academias o centros de entrenamiento.
Seguro médico
Otro punto que resaltó el caso de Yewri Guillén es el alegato de que no tenía seguro médico. La regla es que todo jugador, luego de la firma del contrato estándar de ligas menores, debe estar cubierto por un seguro. El seguro existe incluso si el jugador pierde la tarjeta de identificación, ya que los hospitales podrían confirmar esa cobertura con una simple llamada al equipo.
En relación al asunto del seguro, aun cuando lo que pasó con Guillén sea producto de una confusión o de la negligencia del equipo, es conveniente que Grandes Ligas revise sus políticas y ofrezca información clara y sencilla a todos los jugadores y sus familias sobre la cobertura y procedimientos respectivos. Aun cuando un caso no es indicativo de un problema general, es importante considerar que al ser esta un área tan delicada se deben agotar todas las instancias para evitar otra tragedia. Esta política también debe incluir las operaciones de Grandes Ligas en República Dominicana, Venezuela y el resto de los países donde se contraten y entrenen jugadores en Latinoamérica.
Conclusión
La muerte de Yewri Guillén es lamentable, irreparable y posiblemente pudo evitarse con la existencia de protocolos o políticas adecuadas.
No hay dudas que en las áreas relacionadas a la salud, atención médica, desarrolladores físicos y seguros hay mucho por hacer, y Grandes Ligas tiene en sus manos, una vez más, la posibilidad de transformar un sistema donde prevalece la confusión a uno que sea ejemplo deportivo a nivel mundial.
Fuente:Espn