Diluvia en Nueva York y todo el mundo corre para no mojarse, pero Manny, un dominicado de 56 años, permanece imperturbable bajo su paragüas en una esquina advirtiendo a la gente de que el sábado 21 de mayo comienza el fin del mundo, según un complejo cálculo numérico de la Biblia.



Los predicadores de la llegada del fin del mundo -munidos de camisetas, folletos, libros y pancartas- pueden verse por estos días en todos los puntos neurálgicos de Nueva York, entre ellos la estación de tren de Penn y el parque en torno a la alcaldía.

En el metro, espacios publicitarios advierten sobre el «gran terremoto» que acompaña el advenimiento del «Día del Juicio Final».



«De acuerdo a lo que dice la Biblia en el Libro de Revelaciones, va a haber un terremoto a nivel mundial. No estamos seguros si va a suceder al mismo tiempo en todas partes, porque los horarios son diferentes, pero se supone que va a ocurrir de forma simultánea», afirma Manny a la AFP.

La fecha del 21 de mayo de 2011 puede parecer azarosa o rebuscada, pero según los seguidores de esta predicción, tiene bases claras en un análisis numérico de La Biblia efectuado por el norteamericano Harold Camping, el presidente de Family Radio, una emisora religiosa basada en California.

«Según el Génesis, cuando ocurrió el diluvio, en el año 4990, Dios le dijo a Noé que en siete días destruiría la Tierra. Y la destruyó en siete días. Luego, en Pedro, dijo ‘Pero no ignores que un día para mí es como mil años’. 4990 más 2011 hace 7001 años, pero hay que tener en cuenta que el año cero no cuenta», explica Manny.

En cuanto al 21 de mayo en sí, esta fecha coincide con el día 17 del segundo mes del calendario bíblico actualizado, exactamente el mismo día en que tuvo lugar el diluvio universal, de acuerdo con los cálculos de Camping.

No lejos de la esquina donde se encuentra Manny, en la estación de trenes de Penn, otro convencido de la llegada del fin del mundo, Borce, un norteamericano de 43 años, entrega folletos y explica a quien quiera escuchar que quedan pocas horas para intentar la «salvación». «Ahora mismo todavía es posible la salvación. Pero cuando llegue el 21 de mayo, el programa de salvación estará terminado, Dios cerrará la puerta y luego sólo quedarán cinco meses para los que no se salven. Habrá sufrimiento y el 21 de octubre Dios va a destruir el mundo con fuego», dice Borce.
Si Manny y Borce salen a diario en estos días para difundir la predicción, ambos se aprestan a esperar el fatídico momento de manera más bien tranquila. «Hasta el viernes voy a rezar aún para pedirle piedad a Dios. Pero el sábado estaré en casa, viendo las noticias, porque las puertas estarán cerradas», afirma Borce.
«Voy a arrodillarme y pedirle misericordia a Dios para ver si él puede salvarme, porque la salvación no es del que quiere, sino del que Dios escoge», señala por su lado Manny.

A pesar de su fe, los dos hombres admiten que su mensaje provoca sobre todo escepticismo y burlas entre los transeúntes. «La gente no lo cree. Es una tipificación de lo que pasó en el tiempo de Noé, donde sólo ocho personas se salvaron. De acuerdo con la Biblia, solamente 200 millones de personas serán salvadas» esta vez, cuenta Manny.
Para Borce, esa reacción «es previsible». «La gente se burla, se ríe de nosotros», agrega, concluyendo con un «reza hasta el viernes».
Un hombre anuncia el fin del mundo el 21 de mayo de 2011 (según un complejo cálculo numérico de la Biblia) recorriendo una calles de Nueva York con un cartel, el 13 de mayo de 2011.

Fuente:Yahoo