Según el estudio, por más macho y semental que sea el hombre, u preocupación mayor no es qué llevarse a la cama sino qué llevarse a la boca. La mente masculina, explica el documento, tiene más patente una hamburguesa completa que un revolcón porque existen más mecanismos de activación para pensar en comida, como la visión y el olfato, que disparadores para pensar en sexo.
En la investigación participaron 283 estudiantes, 163 mujeres y 120 varones a los que se les pidió que lleven consigo un contador para registrar la cantidad de veces que pensaban en comida o en sexo.
No obstante la conclusión del estudio, se registraron importantes diferencias entre unos pocos individuos censados. Por ejemplo, mientras que un estudiante anotó un solo pensamiento sexual en un día, otro marcó 388 en 24 horas. El promedio masculino de pensamientos relacionados con el sexo es de 18 al día, y el femenino, de 10.