Este verano en Nueva York el «aire será más limpio» y las playas no estarán llenas «de colillas de cigarros», aseguró el alcalde Michael Bloomberg, promotor de una polémica ley que prohíbe fumar en espacios públicos de la Gran Manzana, incluyendo 1.700 parques y 22 kilómetros de playa.
La medida, que entró en vigor este lunes, afecta los lugares más famosos y concurridos de la ciudad como Times Square, el Parque Central, Broadway Plaza, Coney Island y el estadio de los Yankees, donde los fumadores enfrentarán una multa de $50 dólares si prenden un cigarrillo.
Mientras que las autoridades locales promueven la medida por sus beneficios para la salud, críticos de la ordenanza aseguran que es una violación a la libertad individual.
Bloomberg, un ex fumador que como alcalde ha implementado varias iniciativas antitabaco y logró que Nueva York fuera una de las primeras del país en vetar el cigarrillo en los bares y restaurantes hace una década, defendió la norma asegurando que la «mayoría de las personas en nuestros parques y playas no quieren ver gente ahí fumando».
El alcalde, quien también ha logrado incrementar el impuesto al tabaco a un nivel récord, haciendo de Nueva York una de las ciudades más caras para los fumadores, donde una cajetilla puede costar hasta $15 dólares, agregó que la iniciativa además reduciría la basura creada por las colillas y cajetillas que se dejan en la calle.
Más muertes que el homicidio
Un estudio del Departamento de Salud de Nueva York del 2009, encontró que el 57% de los adultos no fumadores en la ciudad, tenían niveles elevados de derivados de la nicotina en su flujo sanguíneo, una cifra mayor al promedio nacional de 45%.
El comisionado de Salud de la ciudad, Thomas Farley, quien le propuso la medida al alcalde hace dos años, señala que el cigarrillo causa la muerte de 7.500 residentes de Nueva York al año, más que el total agregado de muertes por sida, homicidio y suicidio.
«Los parques y las playas son sitios especiales, que se mantienen con los impuestos para el beneficio de todos», explicó Farley comparando la nueva prohibición al veto de las bebidas alcohólicas, las botellas de vidrio y la música a todo volumen, que ya existe en estos mismos lugares.
«[Estas prohibiciones] mantienen los parques y las playas como sitios seguros y agradables para todos. El fumar tampoco debe darse allí», señaló el comisionado, que asegura que el humo de los fumadores afecta negativamente a quienes se encuentran a tres pies de distancia ya sea en un recinto cerrado o al aire libre.
Pero aunque nadie debate los daños del tabaco sobre la salud de los fumadores, no todos están de acuerdo con la nueva ley y sus efectos sobre los derechos de los residentes de Nueva York.
¿Prohibido prohibir?
«Vamos en dirección a una sociedad totalitaria con este tipo de restricciones», argumentó el concejal Robert Jackson, un no fumador que se opuso a la legislación que fue aprobada por un voto de 32 a 12.
El concejal Daniel Halloran III, también criticó la ordenanza temiendo que desencadene medidas aun más estrictas: «pronto estaremos prohibiendo fumar en las aceras, en los carros de la gente si llevan menores y hasta en las casas».
Cientos de municipalidades en Estados Unidos han vetado el cigarro en parques públicos, pero Maine es el único estado que ha impuesto la prohibición en todas sus playas.
Un esfuerzo similar falló en California cuando el gobernador Arnold Schwarzenegger, conocido aficionado al tabaco, vetó la legislación aprobada por el congreso estatal.
Mientras tanto en Nueva York, las autoridades enfrentan el reto de aplicar un decreto que tiene enojado a más de un fumador.
«Esto es ridículo, es la ley más idiota que han aprobado», opinó en el New York Post, el vendedor ambulante Bill Saar, mientras fumaba en Union Square.
«Entonces deberíamos prohibir los taxis, los buses y todo lo que emita gases que nos llenan los pulmones de basura», agregó por su parte Addy Fox en el mismo diario.
Los críticos también señalan que en una ciudad con miles de asaltos, amenazada por el terrorismo, y con un alto nivel de contaminación, el tema no debe ser una prioridad para la policía.
Yo fumo, yo voto
«[Esta ley] es imposible de aplicar. Como policía les puedo decir que es imposible», asegura Audrey Silk, ex policía de Nueva York, fundadora del grupo profumadores CLASH y promotora de la campaña «yo fumo, yo voto», que tiene como objetivo destituir a los políticos que imponen este tipo de medidas.
La policía de Nueva York, parece opinar lo mismo, ya que indicaron que no castigarán a los infractores de la nueva ley, si no que la recolección de multas quedará en manos de las autoridades de los parques, que cuentan con muy poco personal para hacer valer la nueva medida.
Incluso el alcalde Bloomberg reconoce la dificultad de implementar la ordenanza, y dijo en un programa de radio que serán los ciudadanos de bien que lograrán su aplicación.
«Esta ley se aplicará gracias a la presión pública. Todo el mundo te va a decir: Oye no debes fumar aquí, y por lo general la gente hace caso», pronosticó Bloomberg.
Ya sea por obra de los empleados de los parques o del público de bien, la aplicación de la nueva ley tendrá su primera prueba cuando un grupo de fumadores indignados se tomen uno de los parques para fumar en grupo.
Silk, y sus amigos de Facebook, planean una protesta el 28 de mayo en Brighton Beach donde juntos encenderán sus cigarros en desafío de la nueva ley.
Y para los que quieran ser a la vez buenos ciudadanos y fumar con tranquilidad, todavía les queda la opción de encender un cigarro en el Brooklyn Bridge, las aceras de la %ta Avenida, o participar en una película, ya que la prohibición no se aplica los actores en una producción de cine.
Fuente:BBCMundo.uk