El estrés, la ansiedad y las pocas horas de sueño hacen que la mayoría de los estudiantes descuiden su alimentación y, principalmente, su hidratación.
Lo que la mayoría de los estudiantes desconoce es que la hidratación influye en el rendimiento mental. Esto supone que si no beben el agua necesaria disminuye su capacidad de memoria a corto plazo, las habilidades aritméticas, la concentración, la capacidad visual, etc. Además, la deshidratación provoca cansancio, dolor de cabeza, dificultad de concentración y malestar general, síntomas que también perjudican las funciones mentales.
«En los estudios de investigación que se han realizado se ve que si la hidratación es insuficiente, al igual que ocurre en cualquier otra célula del organismo, también afecta al funcionamiento del cerebro y empeora el rendimiento intelectual en funciones de atención, repetición, matemáticas, etc.» explica la doctora Carmen Gómez Candela, Jefa de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital La Paz, de Madrid.