Familias que perdieron sus casas por los derrumbes e inundaciones provocadas por las crecidas de ríos y arroyos en esta provincia, debido a las abundantes lluvias que se registraron la semana pasada en el país, están clamando ayuda del Gobierno.
Martina Santana y Carlos Martínez, dos de las 14 cabezas de familias que perdieron sus casas por las inundaciones provocadas por el río Licey en Tamboril, dijeron que los afectados están viviendo arrimados en casas de amistades, pero que ya pesan.
Eso mismo dicen las cinco familias que vieron desplomar sus casas por los deslizamientos que levantaron los aguaceros en la Cañada del Diablo, en el sector de Cristo Rey.
José Almonte dijo que hay otras personas que han tenido que abandonar sus viviendas, porque están a punto de colapsar y la Defensa Civil y el Comité de Operaciones de Emergencia (COE), le recomendó que debieran abandonarlas como medida de seguridad.
Indicó que al ocurrir los derrumbes fueron las personas perjudicadas fueron alojadas en viviendas de vecinos y amistades que viven en terrenos de menos vulnerabilidad, pero que están recibiendo presiones para que busquen otros lugares donde vivir.
El gobernador de Santiago, Raúl Martínez, visitó la Cañada del Diablo y otras zonas afectadas por las inundaciones en esta provincia y distribuyó ayudas a los afectados. También el Gobierno a través de los Comedores Económicos está distribuyendo raciones alimentarias entre las familias perjudicadas.
No obstante, las personas que perdieron sus casas y otras que han tenido que abandonarlas por los riesgos de colapso que corren, dijeron que necesitan ser reubicados en otros lugares, pero que no disponen de recursos para por lo menos pagar los meses de adelanto que exigen las personas que alquilan casas.
La alcaldía de Santiago anunció que desalojará a 83 familias del sector Hoyo de Julia, uno de los más afectados por las inundaciones y donde algunas personas perdieron sus casitas.
Gilberto Serulle dijo que la idea es rescatar y sanear esa cañada, tal como se hizo con Vuelta Larga para que esas familias puedan vivir en unas condiciones más dignas.
José Alberto Peña, vicepresidente de la Coordinadora de Organizaciones Comunitarias de la zona sur de Santiago, a la que pertenece la Cañada del Diablo, dijo que desde hace tiempo vienen advirtiendo a las autoridades sobre el peligro y los riesgos a que se exponen las familias que viven en ese y otros lugares.
Peña significó que aparte de que muchas de las casas están a orilla de peligrosos y movedizos barrancos, las personas que allí viven haitianos y dominicanas están contaminando esas fuentes acuíferas.
“Hemos hablando con Medio Ambiente, Salud Pública, la Defensa Civil, la Gobernación y otras autoridades, porque la suerte es que paró de llover, porque si continuaba el tiempo lluvioso, las consecuencias serían peores”, explicó Peña
Fuente:DominicanosHoy