La población carcelaria aumentó en 75 por ciento entre el año 2004 y el 2011, afirmó este miércoles el director general de Prisiones, Roberto Obando Prestol, para quien el estado de hacinamiento de las cárceles es una preocupación.
Según los datos aportados, hace siete años las personas bajo prisión eran algo más de 13 mil, sin embargo, en estos momentos superan los 21 mil, a cuya problemática se suma el hecho de que es una población más compleja y diversa, toda vez que el 10 por ciento es extranjera.
Obando Prestol puso de relieve el impacto del fenómeno de la criminalidad en la juventud dominicana, al analizar los datos que indican que el 80 por ciento de los reos tiene menos de 40 años y que de los que tienen edades superiores, la mayoría ingresó a la cárcel antes de los 40.
También hace notar la diversidad de motivos para el encarcelamiento, los cuales van desde feminicios y homicidios puro y simple, hasta falsificación, narcotráfico y robo agravado.
“Hay quienes forman parte de grupos organizados, extremadamente violentos y potencialmente peligrosos, incluso en la prisión. Y hay otros que luego de estar guardando prisión preventiva por varios años son descargados por un tribunal que determina su no culpabilidad”, planteó el funcionario.
Se pronunció en estos términos al encabezar los actos conmemorativos del 27 aniversario de la Dirección General de Prisiones, que incluyeron una ofrenda floral en el Altar de la Patria y una misa en la Iglesia La Paz, del Centro de los Héroes.
“En más de una ocasión me he encontrado con personas que me han dicho que cuando una persona es sometida a prisión por haber cometido o no algún hecho tiene más posibilidades de salir convertido en un delincuente profesional que regenerado”, dijo.
En este ambiente reconoció que los recintos penitenciarios del país requieren fortalecer su política de tratamiento, poniendo de ejemplo a prisioneros por el delito de abuso sexual, los que a su entender necesitan de atenciones especiales; pero además, los que padecen problemas psiquiátricos, discapacidades físico-motores o drogadicción.
“Quienes estamos comprometidos con el estado de derecho y la defensa de los derechos humanos vemos con preocupación incidentes en que a algún interno se le trate en condiciones inhumanas, y no como sujetos de derecho”, agregó Obando Prestol.
Fuente:7Dias.com.do