El periodista Oscar López Reyes afirmó ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que su hipótesis sobre el posible suicidio del profesor Narciso González (Narcisazo) mantendrá vigencia y encenderá el debate hasta que las indagaciones oficiales no ofrezcan un resultado concreto y confirmatorio, real, tanto de ésta como de cualquier otra.



El catedrático universitario explicó que la formulación de su hipótesis constituye un aporte valioso y brindará la oportunidad para que se hagan testimonios conducentes a la verdad total, toda la verdad, en la vertiente sospechada, el arrojo al abismo o furnia, como a otra.

Mediante un acta auténtica de declaración jurada, notarizada por el licenciado Salvador Uribe Montás, y contentiva de su exposición escrita ante la Corte con sede en San José, Costa Rica, en su calidad de perito aportado por el Estado dominicano sobre la desaparición de Narcisazo, López Reyes sostuvo que éste ha sido el caso más averiguado, pero el peor escudriñado.



Matizó que existe una sentencia de un tribunal local del 2002, suministrada a la Corte en que se hace referencia a que Narcisazo había jurado que prefería el suicidio físico ante que el suicidio moral, y que prometió que cuando desapareciera su cadáver no aparecerá.

Manifestó que en su libro “Crímenes contra la prensa. Atentados y censuras en República Dominicana 1844-2007” verifica 62 asesinatos y desapariciones, y de ellos sólo la del meritorio profesor Narciso González (Narcisazo) no tiene ningún elemento jurídico que avale lo ocurrido.

Añade que “me llamó la atención que ésto haya acaecido en el ocaso del siglo XX, en un pequeño territorio isleño en el cual las informaciones más escondidas se propagan con facilidad”.

Observó que “me intrigó el hecho de que de tales 62 casos, éste ha sido el más investigado y el menos esclarecido a nivel policíaco-militar, judicial y particular, por cuatro comisiones y en numerosas audiencias”, alegando que ha predominado un sesgo en todos los procesos investigativos.

Y se preguntó, ¿debo repetir lo mismo en la obra, sobre todo cuando se patina en una nebulosa?”, y contestó que sin dejarse arrastrar por el ambiente externo, las pasiones, predisposiciones ni los prejuicios políticos, comenzó a pensar y a profundizar con capacidad crítica, haciendo un ejercicio de lógica elemental.

En su declaración jurada titulada “Narcisazo: el origen de la hipótesis del suicidio”, refirió que “en mi libro me he atrevido a formular un planteamiento científico, la hipótesis del probable suicidio, para que el Ministerio Público profundice una investigación científica y eventualmente pudiera presentarla y sustentarla ante un juez”.

El periodista y escritor dijo que su meta ha sido escarbar el eslabón perdido, o la búsqueda de la verdad histórica, y que “creo que todos tenemos que contribuir para que se ofrezca una respuesta en torno a los hilos que se tejieron alrededor de esta desaparición. Lo fundamental es saber qué fue lo que ciertamente aconteció, sea una cosa u otra”.

Señaló que ha sido claro en el sentido de que la carta que dejó el desaparecido y las piezas judiciales brindan testimonios documentales, y que los amigos íntimos, familiares de Narcisazo y miembros de las comisiones investigadoras también ofrecen testimonios tanto verbales como documentales.

LAS CINCO PRE-HIPOTESIS

López Reyes explicó que a partir de esas anotaciones e inspirado en el idealismo moralista de la búsqueda de la verdad, y con el derecho que le asiste de razonar, pensar, investigar y exponer en una sociedad democrática, formuló cinco (05) pre-hipótesis exploratorias:

1.- El suicidio, arrojándose al abismo o furnia;

2.- El rapto y subsecuente asesinato;

3.- Eliminación física por el Frente Amplio de Lucha Popular (FALPO);

4.- Viaje a Cuba;

5.- Caída en una cloaca.

Señaló que, en el entrecruce de datos y variables, las dos últimas se diluyeron con rapidez, y que la pre-hipótesis del Falpo, un núcleo comunitario promovido por el histórico Movimiento Popular Dominicano (MPD), fue elaborada por referencia provenientes de sectores cercanos del ya fenecido presidente de la República, Joaquín Balaguer (1966-1978 y 1986-1994).

Manifestó que a éste jefes policiales y militares de la época de su segundo ciclo de gobierno, le habrían demostrado que el profesor González nunca estuvo detenido en ningún cuartel. Y oficiales de inteligencia le habrían inculcado la presunción de que el Falpo lo habría eliminado para culpar a su gobierno de esa muerte.

Agregó que en numerosas ocasiones, el prominente jurista Marino Vinicio Castillo (Vincho) reveló públicamente esa posibilidad, mencionando a compañeros del profesor González, aunque no al Falpo.

El periodista expuso que, intercalando y suprimiendo datos como si fuera una ecuación, éstos fueron abreviándose y terminé en cero, lo que me permitió descartar esa posibilidad.

Señaló que la primera pre-hipótesis para mis fines, que ya a nivel colectivo era propiamente una hipótesis bien debatida, la del rapto y asesinato, había sido suficientemente investigada en los ámbitos policiaco-militar, judicial y particular.

Refiere que en el tomo II de su obra “Crímenes contra la prensa”, la describe ampliamente, desde la página quinientos noventa (590) hasta la quinientos noventa y siete (597). “En estas ocho páginas recuento la desaparición y los lugares donde se ha dicho que habría sido llevado el profesor González”, y añade que, además, cita “Las diez (10) razones que demuestran que Balaguer es lo más perverso que ha surgido en América”, publicadas por el propio Narcisazo pocos días antes de su desaparición; inserto una carta-denuncia de amenaza de muerte; menciona los nombres de los acusados y resalta la vida y obra de este dominicano digno y ejemplar.

NARCISAZO: UNA CARTA ASOMBROSA Y CONMOVEDORA

“No ahogaréis a la Verdad, ni en mares de sangre”.

Máximo Gorki (De su novela “La Madre”).

Por Oscar López Reyes

El que busca, encuentra…En la página número 598 del segundo tomo de la obra de mi autoría “Crímenes contra la prensa. Atentados y censuras en República Dominicana 1844-2007”, se expresa lo siguiente, referente al profesor Narciso González (Narcisazo): “Sería interesante conocer el contenido del manuscrito que dejó a sus hermanos Francia América González y Rafael González (Fefelo), residentes en El Rosal (Zona Oriental) y en Manhattan, Nueva York”.

Aunque en esta obra no se habla del contenido, obligado por distintos entrevistadores en programas de radio y televisión, he referido que en el 2008 recibí la confidencia de que Narcisazo había dejado un manuscrito. En su búsqueda, entre el 26 de mayo y el 3 de junio de ese año estuve en Nueva York, y en tres momentos conversé con Rafael González (Fefelo), en su residencia de Manhattan, quien me admitió que tenía una copia del documento.

En esas intervenciones radiales y televisivas expliqué que en un principio Rafael González (Fefelo) no me quiso entregar el manuscrito, señalando que trataba asuntos familiares muy íntimos, y después accedió a buscarlo para dármelo a leer, con el compromiso de que no me llevara una copia. Lamentablemente, no lo apareció.

Ante ese obstáculo, Rafael González llamó en mi presencia, desde su apartamento del Alto de Manhattan, a su hermana Francia América, en el residencial El Rosal, en Santo Domingo, quien en ese año poseía el original, para que permitiera que yo lo leyera. Ella dijo que sí, pero a los tres días, cuando yo estaba en su hogar, me recibió de mala manera. No me lo dio a leer, alegando que se trataba de un documento que dice cosas que no sería apropiado que salieran a la luz pública. La distinguida Dama lucía molesta, y tuve que retirarme de la vivienda más rápido de lo previsto.

Al enterar telefónicamente a Rafael González de la negativa, me pidió que aguardara porque en dos meses vendría a República Dominicana y que trataría de persuadir a su hermana Francia América para que me permitiera leer el manuscrito. El viaje se produjo en el tiempo especificado, pero no la convenció.

Desde hacía un tiempo, amigos íntimos de Narcisazo tenían pleno conocimiento de la existencia del documento, pero no hablaban de este para no meterse en problemas.

Ante esa imposibilidad, averigüé quien en la Fiscalía del Distrito Nacional era el responsable principal de la investigación del caso Narcisazo, para ver si dentro de lo posible pudiera persuadirla para que entregara un documento de interés público. Me informaron que estaba a cargo del fiscal adjunto doctor Dante Castillo, con quien establecí contactos preliminares y luego formales durante un almuerzo.

En ese encuentro le pregunté por el ritmo de la indagación, y me participó que había vuelto a cero, y que lo último fue una solicitud pública, a través de una rueda de prensa, para que cualquier persona que tuviera algún dato lo suministrara al Ministerio Público, secretamente, y que a cambio se le recompensaría con un millón de pesos.

Le revelé que estaba escribiendo el libro de referencia, y que de los 62 asesinados y desaparecidos el de Narcisazo se verifica como el más extraño, y en el cual parece haber un eslabón perdido. Le adelanté que estaba postulando una nueva hipótesis, y cuando la inquirió le conteste que la del posible suicidio. Tras expresar sorpresa, me preguntó en qué me basaba.

Le ofrecí explicaciones, y revelé el asunto de la carta. Me preguntó qué decía, y le respondí que no la había leído, y le relaté fragmentos que ésta diría, según los datos de amigos íntimos de Narcisazo y del propio Fefelo.

Asombrado yo, me dijo que esa carta había estado en sus manos. ¿Cómo así?, entonces le pregunté. Me señaló que en el perìodo1994-95 fue abogado de Fefelo, lógicamente cuando no pensaba ocupar el cargo de fiscal adjunto del Distrito Nacional. ¡Qué coincidencia, Dios mío!¿Y qué decía la carta?, le interrogué, también pasmado. Y respondió: más o menos lo mismo que tú dices.

El magistrado Dante Castillo prometió buscar el manuscrito, y al cabo de unos meses no lo había encontrado. Un año después, cuando no lo buscaba, apareció en un legajo de papeles. Eso se llama dicha.

Por criterios del Ministerio Público, no lo tengo en mi poder, pero tuve la oportunidad de leerlo, a través de un tercero. Su contenido es conmovedor.

NP