San Francisco de Macorís.-Si partimos de las cifras que a diario, semanal o mensualmente arrojan los organismos que persiguen las infracciones en materia de drogas, homicidios y asesinatos, sin dudas, concluiremos que estamos inmersos ante un Estado cuasi de indefensión en materia criminal.

Las estadísticas, ciertas o no, que transcriben los medios de comunicación de los informes de la Dirección Nacional de Control de Drogas, DNCD, así como de la Policía Nacional y los inoperantes departamentos de ¨¨inteligencia¨¨ de las Fuerzas Armadas, obligan a sacar varias lecturas, dado los números que de apresamientos, sometimientos, decomisos, quema de estupefacientes, bienes incautados, etc., todos, reseñados de manera festiva por plumíferos del axial corporativo del periodismo rancio y añoso que dan cobertura a esas ¨¨fuentes¨¨ noticiosas.



La DNCD que a diario informa de las decenas de apresados, todos con ¨¨sustancias controladas¨¨, al igual, sus reportes semanales, donde ¨¨cientos¨¨ son investigados en todo el país, ¨¨en operativos, luego de labores de inteligencia¨¨, invitan al común de los dominicanos a pensar seriamente, si son ciertos los datos, en el derrotero en que se enrumba la nación en materia de narcotráfico, lavado de activos, sicariato y corruptela de uniformados.

En tanto, la Policía Nacional, con iguales vocingleros y soplapotes en los medios escritos y programas de rábulas verborreicas, dan como válidos todas las notas insulsas, donde los intercambios de disparos nunca alcanza a miembros de la uniformada, pese a ¨¨que hubo refriega de ambos lados, persecución, armas largas y alto calibre¨¨, empero, los acribillados son los ¨¨delincuentes¨¨.



Este escenario intuye a que nos bifurquemos en cuanto a los datos que nos bombardean a través de los ¨¨asalariados¨¨ añosos, fósiles, que del periodismo han logrado todo un filón para ellos y familiares, en el entendido que estamos ante lo que hace año escribí, la llegada de la MEXICANIZACION.

Esto, en relación a la vorágine delictiva que observa el país fruto del negocio de las drogas, hoy, silenciado , cuando son altos oficiales de los organismos castrenses y policiales los involucrados en actos criminales, lo que da fuerza a lo externado recientemente por el ex secretario de las Fuerzas Armadas, Ramiro Matos, cuando revelaba que ¨¨se debería investigar a la alta oficialidad¨¨ dado las fortunas que exhiben y bienes que ostentan.

Ahora bien, otro escenario seria la del ¨¨bulto¨¨, es decir, magnificar los casos de narcotráfico, lavado, sicariato, etc., para la búsqueda de protagonismo ante organismos extranjeros, para obtener el ¨¨visto bueno¨¨ de entidades como la DEA, Departamento de Estado, FBI, INTERPOL, etc.

Empero, el dato más curioso y que no se reseña por los embadurnadores de cuartillas de los medios de comunicación, es sin dudas, el seguimiento a los crímenes a oficiales adscritos a organismos de persecución, tanto en drogas, lavado, extradiciones, fronteras, aeropuertos, trata de personas, así como viajes ilegales, entre otros, hechos que sí reportan departamentos diplomáticos a sus respectivos países.

Por qué no se destacan en los medios de prensa los bienes de la joven oficialidad, los negocios: dialers, fincas, gasolineras, franquicias, discotecas, al igual como se reseñan de políticos, legisladores, sindicalistas, entre otras bostas de nuestro hoy oblicua sociedad. ¿ Por qué?…… Ahí no llegan los aventajados periodistas de las fuentes policiales y castrenses.

Por Reynaldo Hernández Rosa