EL SEIBO.- Con sólo tres pies de estatura y con 28 años de edad, Kenia Ramírez, se le considera la mujer más pequeña de la República Dominicana y revela que conserva su virginidad, busca novio para casarse y que quiere aprender computadora.
Su enanismo la ha hecho famosa en la comunidad de Santa Lucía, donde acuden vecinos y curiosos de pueblos de la región Este, movido por la noticia de que allí vive la mujer más pequeña de República Dominicana.
La diminuta mujer cree que la estrechez económica en que vive no la ayudó a crecer, “porque los médicos dicen que mi tamaño es normal”.
Kenia, reside en la sección Santa Lucía, a la altura del kilómetro 7 de la carretera Seibo-Higüey y sufre de un enanismo conocido como acondroplasia, un trastorno, que según facultativos se puede heredar como un rasgo autonómico dominante.
La pobreza es tan marcada en su entorno, que los vecinos, quienes la quieren y estiman, han llegado a creer que ciertamente se quedó chiquita por no “papear bien, comer bueno”.
De escaso hablar y muy delgada, la pequeña mujer clama porque el gobierno corra en auxilio de su familia, que dijo no tienen un techo propio y duerme con cuatro hermanos en una sola cama.
El cuartucho donde duerme con sus hermanos de 15, 13, 11 y 9 años fue prestado por un buen samaritano, es de unos dos metros de ancho por tres de largo y de una pobre ventilación.
La diminuta mujer, tiene unos 6 años viviendo en Santa Lucía, porque asegura nació en una comunidad conocida como La Loma, donde no había escuela y la calidad de vida era peor que donde actualmente vive.
Alcanzó un 4to curso de primaria, pero anhela que alguien le ayude conseguir una beca para realizar un curso técnico de computadora.
Es hija de Celeste María Mercedes y de Segundo Ramírez, este último abandonó el hogar y dejó al desamparo a cinco hijos, que hoy claman a la caridad pública para seguir viviendo en el mundo.
En la casa de Kenia, la mujer más pequeña de República Dominicana, se come por bocados que pasan los vecinos, porque ni siquiera estufa tiene en una cocina que le prestó una vecina.
“Quiero aprovechar que ustedes periodistas nos ayuden a mover la conciencia del presidente de la Republica, Leonel Fernández o de su esposa Margarita Cedeño, que la veo que ayuda a la gente, para que corran en auxilio nuestro y nos ayude a salir de la pobreza, me regale una cama, estufa y nos ayude a construir un techo propio”, dijo la pequeña pero muy alegre mujer.
QUIERE CASARSE Y TENER HIJOS
Su pequeña estatura no la ha amilanado a seguir adelante y revela que quiere que Dios le depare un buen hombre para casarse y tener hijos, que sean productivos a la sociedad.
“Soy pequeña, soy una enana, pero aspiro a casarme y tener mis hijos”, además guardo mi virginidad para el hombre que Dios me señale”, acotó.
Significó que gusta casarse pronto, con un hombre que realmente se enamore de ella y que sienta amor por él.
¿Te han besado?
“No. Pero sé son buenos los besos, porque mis amigas me lo cuentan y me dicen de las sensaciones que se siente cuando una mujer es besada y acariciada por un hombre”, apuntó en medio de una carcajada.
Kenia tiene el sueño de ser técnica en computadora y de hacerle la casa a su madre y hermanos.
Confiesa que es feliz con su tamaño, pero infeliz por la pobreza que la rodea, que dijo aspira mejorar con la ayuda del gobierno o de alguien que se interese por saber como vive.
LA MADRE
Para Celeste María Mercedes, madre de Kenia, su vástiga es una mujer adorable y está convencida de que ella es un pequeño milagro que Dios le ha enviado.
Dijo sin embargo, que su principal escollo para ayudar a comer y vestir a Kenia, es el dinero porque debido a la estatura de la pequeña, la ropa hay que comprarla de niño y la misma es más cara que la de adultos.
“Mi hija es adorable, cariñosa, la gente la quiere, la adora y se ha convertido en la atracción del lugar”, dijo.
SUFRE DE ACONDROPLASIA
La estatura de Kenia Ramírez Mercedes, considerada la más pequeña del país, es considerada por pediatras como una enfermedad conocida como acondroplasia, que afecta el crecimiento en los humanos y que puede ser hereditaria.
El galeno Abraham Guerrero Santos, dijo que eso se explica que si uno de los padres padece acondroplasia, el bebé tiene un 50% de probabilidad de heredar el trastorno. Si ambos padres tienen la enfermedad, las probabilidades de que el bebé resulte afectado aumentan al 75%.
Sin embargo, la mayoría de los casos aparecen como mutaciones espontáneas, lo que quiere decir que dos progenitores que no tengan acondroplasia pueden engendrar un bebé con la enfermedad.
Por Manuel a. Vega