Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO), comer un mínimo de 400 gramos diarios de frutas y verduras, excluidas las patatas y otros tubérculos, podría prevenir enfermedades como las cardiopatías, el cáncer, la diabetes y la obesidad. Además, permitiría mitigar varias carencias de micronutrientes, sobre todo en los países menos desarrollados.
El consumo actual de esos alimentos es muy variable en todo el mundo, oscila entre 100 gramos diarios en los Estados más pobres y aproximadamente 450 gramos diarios en Europa Occidental.
Marcia Moreira, epidemióloga de la OPS/OMS en Argentina, explicó que «el hecho de que las personas coman pocas frutas y verduras responde a múltiples factores, entre ellos, el alto costo de éstas». Entre las causas del escaso consumo, agregó «su poca disponibilidad, la escasa diversidad en la oferta, la falta de propaganda sobre sus propiedades protectoras y de ofertas por temporada, además de que se dañan más rápidamente, exigen lavarlas y consumirlas en un tiempo corto luego de ser adquiridas, y su ingesta no está incorporada culturalmente».
La especialista recomendó revertir esa tendencia y sugirió introducirlas en la dieta de los niños desde el primer año de vida, «además de campañas que promocionen sus bondades según la estación del año».
Se calcula que la ingesta insuficiente de frutas y verduras causa, en todo el mundo, el 19% de los cánceres gastrointestinales, un 31% de las cardiopatías isquémicas y un 11% de los accidentes vasculares cerebrales.
Una revisión internacional de alto nivel sobre la ingesta y el riesgo de cáncer coordinada por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) concluyó que su incorporación a la dieta diaria puede reducir el riesgo de esta enfermedad. La fracción prevenible oscila entre el 5 y el 12%, y entre el 20 y el 30% en caso de los cánceres gastrointestinales.
Fuente: Infobae.com