Médicos chilenos han logrado curar a una niña de once años que estornudaba 12.000 veces al día, uno cada tres segundos, informaron hoy fuentes sanitarias. «Se llegó al diagnóstico de que era un tic, exacerbado por un tema emocional», explicó a Efe la neuropediatra Macarena Landaeta, del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, en Santiago, donde permanece internada la menor.
«Me siento más aliviada. Estoy contenta porque ya no hay estornudos. No me duele el cuello, ni la cabeza, ni la guatita (estómago)», confesó la niña, llamada Ayleen Cereceda, según un comunicado difundido por el hospital.
La menor comenzó a estornudar con profusión hace dos meses y medio y llegó a hacerlo 12.000 veces al día. Solo lograba parar cuando conseguía conciliar el sueño, siempre a altas horas de la madrugada.
Para buscar una solución a ese mal, la niña pasó varios días en observación bajo la atenta mirada de un equipo multidisciplinario de especialistas, que incluyó a otorrinos, inmunólogos, neurólogos, psiquiatras y psicólogos.
Tras obtener el diagnóstico, los médicos acordaron someterla a un tratamiento multidisciplinario, psicológico y farmacológico, en este caso a base de neurolépticos, medicamentos en forma de pastillas que se prescriben para los tics.
«Los tics son un problema mixto donde influyen factores de ansiedad, características de personalidad y alteraciones de ciertos circuitos neuronales. Son factores orgánicos y emocionales, de ahí que sea clave el acompañamiento psicológico», explicó el neurólogo Carlos Silva, a cargo del caso.
El tratamiento, que se prolongará durante al menos seis meses, ha surtido efecto inmediato. «Ya no estornuda, ahora solo emite una especie de carraspera cada dos o tres minutos», cuenta la doctora Landaeta.
La neuropsiquiatra asegura que en ese hospital nunca habían visto algo similar. De hecho, solo hay quince casos descritos en la literatura médica mundial.
«Hay algunos otros casos, pero como ella no muchos, porque los otros están descritos como un desorden pediátrico neuropsiquiátrico asociado a la infección de una bacteria, el estreptococo», explicó la doctora. Los médicos también sometieron a la niña a las pruebas para ver si sufría ese tipo de enfermedad, pero dieron resultado negativo.
Ahora, tras dos meses y medio de estornudos y nueve días en el hospital, Ayleen Cereceda podrá abandonar pasado mañana el hospital y regresar a su Curicó natal, a 200 kilómetros al sur de Santiago, para poder descansar sin sufrir cada tres segundos una nueva sacudida.
Fuente:DiarioLibre