El líder cubano Fidel Castro cumple el sábado 85 años, retirado totalmente del poder, tras legar a su hermano Raúl la gigantesca misión de reformar el ineficiente y agotado modelo económico socialista en la isla que mantuvo durante medio siglo.
Su cumpleaños, a diferencia de los 80 de Raúl en junio, motiva celebraciones esta semana que culminarán la noche de viernes a sábado en la «Serenata de la fidelidad», organizada por la Fundación de su amigo el pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín (1919-99), en el Teatro Karl Marx de La Habana, sin que aún se confirme su asistencia.
Tras 48 años en el poder, Fidel enfermó de gravedad y delegó el mando a su hermano Raúl el 31 de julio de 2006, marcando el fin de una era en la historia de esta isla de 11 millones de habitantes, que paulatinamente se han habituado a la ausencia de su fuerte liderazgo.
Evocando a su hermano cuando en 2000 dijo que revolución «es cambiar todo lo que debe ser cambiado», Raúl impulsa 300 medidas avaladas en abril por el VI Congreso del Partido Comunista (PCC), que incluyen apertura al sector privado y capital extranjero, recorte de un millón de empleos y subsidios para desmontar el Estado paternalista de Fidel.
«Raúl está al mando. Fidel le ha dado autoridad para tomar decisiones, pero aún pone límites, sobre todo en las reformas, que van lentas, con cautela», dijo a la AFP Michael Schifter, presidente del Diálogo Interamericano, con sede en Washington.
Bendiciendo la reforma de su hermano y saliendo al paso a quienes lo tachan de «inmovilista», Fidel impactó hace un año con su frase «el modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros».
«Su momento histórico pasó. El Congreso marca la consolidación de Raúl, que no es demócrata, pero sí pragmático y racional, y está tratando de resolver los errores y fracasos que le dejó su hermano. La Cuba de hoy no es la misma que la de 2006», opinó el economista opositor Oscar Espinosa.
Fidel Castro dejó en el VI Congreso su último cargo de poder, la jefatura del gobernante PCC (único), pero su ideario es exaltado en el discurso oficial, por diversos sectores y líderes de América Latina.
Castro llega a sus 85 años en momentos en que una izquierda variopinta gobierna en la región (Brasil, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina, Uruguay, Paraguay, El Salvador y Nicaragua). Lo que soñó lograr por las armas, llegó por las urnas.
El cumpleaños lo encuentra ocupado en el tratamiento contra el cáncer que sigue en Cuba el presidente venezolano Hugo Chávez, a quien invistió como su «heredero político», demostrando su «agudeza conspirativa», según el analista cubano Arturo López-Levy.
«Fidel es gran consejero de decisiones estratégicas en el país. En América Latina, un patriarca de la izquierda que aconseja en primer lugar a Chávez y reflexiona sobre los modelos socialistas y sus errores», agregó.
Hombre de tribunas y discursos kilométricos, Fidel se ha dedicado a escribir artículos de prensa sobre problemas mundiales -ya suman 361- en su retiro desde su casa en el oeste de La Habana, donde vive con su esposa Dalia Soto del Valle.
«Pese a estar retirado, mantiene su liderazgo dentro y fuera de Cuba. Ahora está publicando menos porque está volcado en la salud de Chávez, pero está ahí», dijo Dayamí Arroyo, una trabajadora social de 32 años.
En la primera etapa de enfermedad, el otrora barbudo guerrillero de uniforme verde olivo aparecía en vídeos y fotos; pero hace un año mostró una inesperada recuperación y salió en público, aunque desde su asistencia al Congreso del PCC en abril se le ve raramente en los medios, con Chávez.
Hijo de un inmigrante gallego terrateniente y una campesina cubana, nacido en Birán (sureste), Fidel, quien tiene ocho hijos, es el único sobreviviente de los protagonistas de la Guerra Fría y una de las figuras más polémicas del siglo XX.
Gobernó siempre enfrentado a Estados Unidos, considerado por sus seguidores un revolucionario humanista y por sus opositores como un dictador represor de libertades.
Enemigos en Miami y Washington apostaban a que la revolución en Cuba desaparecería cuando muriera. Pero la enfermedad llevó a una sucesión en vida que creó un escenario no previsto por nadie.
Para analistas, la transición ordenada a una Cuba distinta al modelo «Fidel al timón» está en curso, sin los disturbios pronosticados. A la pregunta de ¿qué pasará en la isla cuando muera?, responden: un funeral.
El líder cubano Fidel Castro en La Habana, el 19 de abril de 2011.
Fuente:Yahoo