Dos personas fallecidas tras padecer los síntomas del cólera eran veladas hoy en el empobrecido sector de La Ciénaga en el Distrito Nacional, donde hace varios meses se detectó un brote de la enfermedad.



El cadáver de Deivi Ogando, de 29 años, un recluso de la cárcel La Victoria, era velado esta mañana en la calle respaldo 9, número 94 parte atrás del referido sector, mientras que la niña de 8 meses, Miledi Matos, era velada en la salita de su humilde vivienda ubicada en la calle Primera, número 36, parte atrás del mismo sector.

El padre de Deibi, el señor Jesús Ogando Pérez, informó que su hijo estuvo ingresado durante 10 días en el dispensario médico de la mencionada cárcel y falleció mientras era trasladado al hospital Luis Eduardo Aybar.



Explicó que los médicos que brindan servicios en La Victoria, le informaron que debía comprarle unos medicamentos a su hijo, con los que se esperaba que mejorara, pero que a pesar de habérselos comprado murió.

“Ellos (En La Victoria) se quedan con ellos allá, diría yo que es para matarlos, porque si usted es médico, usted tiene que ayudar a esa persona y si tiene que enviarlo a otro sitio mándelo rápido”, dijo el señor Ogando Pérez.

Según informó su padre, el cadáver de Deibi Ogando sería sepultado en las primeras horas de la mañana.

Massiel García, madre de Miledi, la niña fallecida, explicó que ésta presentó vómitos y diarrea y fue ingresada en el hospital Robert Reid Cabral en la unidad de cuidados intensivos al complicarse la salud con su padecimiento de asma.

La madre de la niña informó que el cadáver de su hija sería sepultado en horas de la tarde de este jueves.

Llama

El dirigente comunitario del sector La Ciénaga, Jesús Martínez, hizo un llamado al ministro de Salud Pública, doctor Bautista Rojas Gómez, para que no descuiden ese sector, tras señalar que las personas siguen muriendo a causa del cóleral.

También pidió que pongan mayor interés a la unidad de atención primaria en el sector, ya que al lugar solo se presenta el médico que labora en el mismo, y no tiene siquiera un zafacón.

Fuente:ElNacional