Escrito por nuestro lector Julio R. Martínez
Te escribo para relatarte los malos ratos que pasé junto a mi familia el fin de semana pasado en el Hotel Hamaca.
Reservé cuatro habitaciones por dos noches en el Hotel Hamaca, éramos mi esposa y yo, mis tres hijos y mi madre, mi cuñado, su esposa y su suegra junto a sus tres hijas, quisimos compartir este fin de semana en el hotel con la sobrina de mi esposa y sus dos hijas quienes están de visita en el país ya que son de nacionalidad norteamericana.
El Sábado llegamos al hotel a las 2:40pm para hacer el check in a las 3:00pm, mi primera sorpresa fue que el hotel le cobra a sus huéspedes RD$100 cada 12 horas por el parqueo en un edificio continuo, de lo contrario debías parquearte en la calle, visito 1 o 2 veces por año hoteles en todo el país y es la primera vez que me cobran por el estacionamiento de mi vehículo.
Una vez estando el Lobby del hotel, el cual estaba lleno de gente, y de realizado el Check in me informan que las habitaciones aun no estaban listas que volviéramos en 15 minutos para entregarnos las habitaciones, volvimos a los 15 minutos, nos informaron que aun no estaban listas que volvamos en 30 minutos, entre prórroga y prórroga nos dieron las 6:00 de la tarde, ya incómodos de tanta espera, ya que uno va a un hotel a descansar, no ha estar sentado en un Lobby, pedimos la devolución de nuestro dinero ya que consideramos como un abuso y una falta de respeto a un cliente el hacerlo esperar por tanto tiempo para entregarle su habitación, pero esto no fue solo a nosotros, también sucedió con todos los que estábamos allí, sentí vergüenza ajena ya que habían muchos turistas de Puerto Rico, Cuba, México, Italia etc. y nadie de la administración del hotel salió a responder por lo que estaba sucediendo.
José, no fue hasta las 7:00 de la noche que nos entregaron las habitaciones, 4 horas después de la hora establecida, le hicimos la salvedad que estas horas debían reponérnosla el día de salida, ya en las habitaciones nos encontramos con otra sorpresa, tres de estas solo tenían una cama, cuando nosotros reservamos en habitaciones dobles, para atrás otra vez, en recepción nos informaron que no habían mas habitaciones que nos iban a enviar camas, que fuéramos al restaurant a cenar que cuando regresáramos encontraríamos las camas en las habitaciones, sorpresa , lo que nos pusieron fueron camas plegable la que nosotros le llamamos “cama sandui”, imagínate José que gran descanso vas tener en este tipo de cama, ya “jartos” y cansados decidimos dejar las cosas así ya que el día estaba prácticamente perdido.
En la noche fuimos al espectáculo que siempre brindan los hoteles, otra sorpresa, el espacio y los asientos eran insuficientes para todos los huéspedes, calculo yo que el 25% de los que estábamos allí estábamos parados.
Ya el Domingo, fuimos a buscar las toallas para ir a la piscina, nos informaron que no habían disponibles, tuvimos que secarnos con las de las habitaciones, como a la una de tarde fuimos a cambiarnos para ir a comer, otra sorpresa nos habían bloqueado las habitaciones, en la recepción nos informaron que ellos bloquean las habitaciones todos los días al mediodía y nos codificaron nuevamente los accesos (en ese instante vimos a un señor cubano incomodo y dando golpes en el mostrador porque su aire acondicionado no funcionaba y que él no iba a dormir otra noche sin aire).
Lo que derramó la copa fue, estando todos nosotros en la playa ese Domingo como a las 3:30pm, unos vigilantes se acercaron hasta nosotros invitándonos a salir del hotel porque nuestro tiempo en el hotel había concluido, mi cuñado se indigno tanto por la vergüenza que estábamos pasando, ya que nuestra reservación fue por dos noches, es decir, hasta el Lunes, se enfrasco en una discusión con los vigilante que gracias a intervención de mi esposa no sucedió ningún hecho lamentable.
Fuimos a la recepción incómodos para que nos explicaran los que estaba sucediendo, otra sorpresa, el empleado que nos atendió por equivocación nos había puesto un cintillo para huéspedes de una noche, pero como nosotros habíamos reservado por el fin de semana nos cambiaron el cintillo, pero ya la vergüenza y el mal rato lo habíamos pasado, la sobrina de mi esposa me sugirió que demandáramos al hotel, que en Estados Unidos el hotel tuviera que resarcirnos por los daños, pero como estamos en República Dominicana y no hay una autoridad que proteja al consumidor ni lo pensé.
Por todo lo mencionado, un menú en el buffet muy pobre, empleados sin vocación de servicio, un mercado de pulga dentro del hotel, fue de las cosas que para mí lo califican como un hotel mediocre.
Todo lo que te he contado lo quiero hacer públicamente y responsablemente ya que la administración del hotel nunca nos dio la cara para darnos por lo menos una disculpa por todo los malos ratos que pasamos.
Julio R. Martínez U.