Como manifestación de cariño, los seres humanos se besan entre sí sin ser este un acto natural, sino más bien aprendido y establecido en la sociedad como una demostración de afecto.



Esta misma expresión la tiene la mascota, sea perro o gato, para con su dueño. ¿Cuántas veces se te ha acercado tu animalito para besarte o lamerte? Seguro que miles. ¿Cuántas veces has dejado que lo haga? Esperamos que ninguna. Sucede que en esa demostración de afecto podría transmitirte una serie de parásitos.

Si no te has puesto a pensar en la seriedad de lo que decimos, te lo ponemos en estas palabras: los perros no usan papel higiénico y se lamen para limpiar cualquier parte de su cuerpo. Lee bien estimado lector: cualquier parte. Entonces esa lengua con la que intenta lamer tu cara, mano, boca, etc. es totalmente antihigiénica.



Sabemos que muchos de nuestros lectores pensarán que somos pesados por decir esto, pero es la verdad. Si quieres aceptar su «forma» de decir «te quiero» que no sea con un lamido. Tu respuesta deberá darse con un abrazo, caricias o masajes pero no lo beses ni dejes que te lama. Por otro lado, debemos tener en cuenta que los perros podrían ponerse nerviosos y morderte a ti o a quien se le acerque mucho, y eso puede traer graves consecuencias.

Sabemos que todos los que elegimos tener una mascota en casa es porque amamos a los animales y queremos besarlos y abrazarlos, pero acuérdate que no debemos humanizarlos.

Las expresiones de cariño son distintas. Si bien el perro adora a su amo tanto como el amo a su engreído, eso no significa que vamos a compartir ciertas cosas. Por ejemplo: si sales a cenar con tu pareja y ésta, queriendo probar de tu plato, mete la cuchara y degusta del tuyo, no vas a gruñir ni morderle. Pero en el caso contrario tu perro seguro sí lo haría. No permitas nunca que tu mascota meta el hocico en tu plato de comida.

Nunca olvides que en la psicología del perro no existe la democracia. Las reglas son sumamente rígidas. Está el líder que manda y los demás que obedecen. Sus órdenes no se discuten, en cambio el ser humano dentro de su bondad considera que esto es un abuso.

Por ejemplo, si hay dos perros en casa y uno de los dos come primero y el otro se queda solo observando, lo que hace la persona que ve esto es pensar que el primer perrito es un abusivo. Entonces le retirará el plato y hará que el otro se alimente. En este acto el ser humano desconcierta a los dos animales; al jefe que no sabe lo que pasa dentro de su lógica y al otro que aprovechará para comer pero sin entender lo que sucedió.

El ser humano nunca debe intervenir porque no podemos modificar la naturaleza.

Fuente: Blogs.elcomercio.pe