Las salas de urgencia estadounidenses ven al año más de 5.000 casos de niños heridos en accidentes domésticos al caer por las ventanas, según un estudio publicado hoy en la revista Pediatrics.
El estudio, realizado por el doctor Gary Smith, director del Centro de Investigación y Política de Lesiones del Hospital Nacional de Niños en Columbus (Ohio), indica que entre 1990 y 2008 cerca de 100.000 niños fueron atendidos a causa de este tipo de accidentes.
«Todavía estamos viendo más de 5.000 niños al año, tratados en las salas de emergencia de los hospitales de todo el país por lesiones relacionadas con caídas por la ventana», señaló Smith. Eso, precisó, «son 14 niños al día», lo que demuestra que sigue siendo un problema importante, subrayó.
Los investigadores estudiaron los datos del Sistema Nacional de Vigilancia Electrónica de Lesiones, que mantiene la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo en Estados Unidos.
El grupo dividió a los pacientes en dos grupos por edades de 0 a 4 años y de 5 a 17 y descubrieron que los niños más pequeños son los que más sufren este tipo de accidentes, casi dos tercios.
En particular, los que más accidentes sufrieron fueron los de 2 años. Entre las causas los expertos señalan la curiosidad, la falta de noción de peligro y la inestabilidad de su centro de gravedad a edad tan temprana, por lo que recomienda a los padres que tomen medidas de seguridad.
«Estos son niños que no reconocen el peligro, son curiosos, quieren explorar y cuando ven una ventana abierta, van a ir a investigar», dijo Smith. Los niños más pequeños registraron sobre todo heridas en la cabeza o la cara, aunque sólo en dos casos fueron mortales, mientras que en el grupo de mayor edad hubo más fracturas de brazo y piernas.
El estudio indica que la mayoría de los niños se cayó desde un primer o segundo piso y el experto subraya que una pantalla protectora no es suficiente para la seguridad de los pequeños. Smith recomienda a los padres de los niños menores de 5 años que no dejen abiertas las ventanas más de cuatro dedos y muevan los muebles lejos de las ventanas para que los niños no puedan trepar hasta el alféizar.
En el caso de los mayores insiste en una política de educación para que comprendan el riesgo de trepar por una ventana o saltar desde ella.
Fuente:Hoy.com.do