Aldo Peguero 
Un raro diamante amarillo de 32,8 quilates y del tamaño y forma aproximados de una púa de guitarra saldrá a la venta en Nueva York el próximo octubre valorado entre seis y ocho millones de dólares, anunció hoy la casa de subastas Christie’s.
El diamante, considerado uno de los más raros en su clase por el Instituto Gemológico de América (GIA, por sus siglas en inglés), «resplandece por un color como ningún otro que haya visto», indicó en un comunicado el responsable de joyería de la firma en Estados Unidos, Rahul Kadakia.
Kadakia añadió que un diamante de estas características, con tal profundidad de color -que obtiene del nitrógeno absorbido por los átomos de carbono que lo componen- y tamaño, es «todo un fenómeno» y supone «una oportunidad única en la vida» para los coleccionistas.
El experto de Christie’s también destacó que el informe del GIA sostiene que el diamante debió ser tallado de una piedra dura con tanta intensidad original que no hizo falta pulirlo más para sacar todo el color.
«Grandes diamantes amarillos como éste en forma de pera son rara vez encontrados y no es muy frecuente que lleguen al mercado», afirmó Kadakia.
Christie’s señaló que la joya probablemente se venda a un precio que supere el récord de 230.000 dólares por quilate que se obtuvo en 1990 en la subasta del diamante «Gota Azul» en Londres.
Antes de ser subastado el 18 de octubre en la sede de la firma en el Rockefeller Center de Nueva York, la piedra preciosa será presentada al público en una gira con escalas en Ginebra, Londres y Hong Kong.
La casa de subastas también prepara para diciembre una puja por la colección de joyas y otros artículos que pertenecieron a la fallecida actriz Elizabeth Taylor, en la que Christie’s espera recaudar hasta 100 millones de dólares.
Fotografía cedida por Christie’s este 24 de agosto, que muestra un raro diamante amarillo de 32,8 quilates y del tamaño y forma aproximados de una púa de guitarra, que saldrá a la venta en Nueva York (EE.UU.) el próximo octubre.
Fuente:Yahoo
Amaury Mo 
AFP 
Ensegundos.do 
José Peguero