A mediados de los años 90, el médico naturista norteamericano James D’Adamo planteó la tesis de que los grupos sanguíneos determinan cuáles alimentos sientan bien al organismo y cuáles no favorecen la salud, después de un estudio riguroso que hizo con sus pacientes.
En la investigación determinó que no todos reaccionaban igual a las dietas que él les suscribía, así que dedujo que como la sangre es la principal fuente de nutrición del organismo, la respuesta podría estar en ella.
Sus estudios concluyeron, por ejemplo, que mientras a una persona de un determinado tipo de sangre un nutriente le produce molestias físicas, al de otra puede potenciarle el metabolismo y esto puede repercutir en la mejora de enfermedades crónicas como la diabetes y el reumatismo o en el peso, ya que D’Adamo asegura que estos problemas desaparecen con un régimen alimenticio que esté en armonía con el grupo sanguíneo.
Hay otros factores para analizar, como el origen de los distintos grupos sanguíneos que está relacionado con la evolución de la especie humana.
Según Jörg Zittlau, filósofo y biólogo alemán autor del libro «La dieta del grupo sanguíneo», aunque las conclusiones de D’Adamo son valiosas, es necesaria demasiada rigurosidad para llevar a cabo estos estudios. Por eso, fue más allá, y analizó algunos componentes de los alimentos para tener otros factores en cuenta a la hora de recetar una dieta basada en el tipo de sangre.
Por su parte, la comunidad científica en varias ocasiones ha dicho que estos estudios no son suficientes y por eso ha advertido que quienes tienen la intención de empezar con la dieta deben ser precavidos.
Aquí un vistazo general de lo que le conviene y lo que no a cada tipo de sangre según Zittlau:
Grupo O
Le convienen la carne de vaca, la mantequilla, el queso mozarella, el salmón, las sardinas, el perejil, la cebolla, las espinacas, las nueces, el ajo, el curry y la calabaza, entre otros.
No le convienen el cerdo, el salmón ahumado, el maíz, el trigo, las palomitas de maíz, el aguacate, los vinagres balsámicos, la fresa, la naranja, el café y el té negro, etc.
Grupo A
Le convienen pescados como el mero, la merluza y la sardina, también la soya, los frutos secos, las semillas y las frutas en general.
No le convienen los lácteos, los pistachos, los productos a base de harina de trigo, los embutidos ni los alimentos enlatados.
Grupo B
Le convienen los lácteos, las frutas y hortalizas de hoja verde, las carnes magras, los huevos y el pescado.
No le convienen los tomates, la carne de cerdo, las semillas, los frutos secos, los mariscos, el pollo, el trigo y el maíz, etc.
Grupo AB
Le convienen el pescado, la leche, los quesos, las hortalizas y las frutas, entre otros alimentos.
No le convienen las carnes rojas, embutidos, las langostas, los cangrejos, el vinagre, los encurtidos y la pimienta.
Fuente Elnuevodia.com