Carlos Morillo podría salir hoy en libertad, luego de haber pasado 20 años en la cárcel, por un crimen que no cometió.
Nacido en República Dominicana, Morillo —que cuenta hoy con 49 años— fue acusado y convicto por la muerte de César Vásquez, ocurrida la noche del 15 de julio de 1991, en El Bronx.
«Este caso es algo increíble, más aún, muestra cómo las fallas del sistema mantuvieron preso durante 20 años a un hombre inocente», dijo Ramón Pagán, abogado defensor de Morillo, que espera que su cliente recobre su libertad hoy.
Morillo fue hallado culpable junto a José García, quien a finales del 2006 le fue revertida la sentencia, tras demostrar que el día del asesinato se encontraba en República Dominicana.
La condena de ambos hombres fue basada en el testimonio de una sola persona, una mujer residente en el cuarto piso del edificio de la avenida Bailey donde ocurrió el asesinato y que identificó a los acusados como los hombres que asesinaron a Vásquez, un traficante de drogas que trabajaba para García.
La testigo, identificada como Penny Denor, reconoció a Morillo y a García en las fotos que le fueron mostradas en una estación de policía de El Bronx, a donde fue llevada por el entonces detective a cargo del caso, Anthony Pezzullo.}
Luego, reconoció a los dos hombres cuando fueron puestos en línea para su identificación.
En el testimonio de Denor, según consta en los reportes, ella le dijo a la policía haber visto el tiroteo cuando salía de su edificio, pero durante el juicio, dijo haber visto a los hombres armados saliendo de un carro, pero esta vez desde la ventana de su apartamento del cuarto piso.
En el juicio, Denor no pudo identificar a Morillo sino hasta cuando el fiscal le mostró su foto en la pasarela, lo que fue objetado por la defensa. «En el juicio esa mujer –Penny— no pudo identificar a mi cliente, no sabía ni cuál era el color de su piel, de su pelo, ninguna descripción física», explicó el abogado.
Las deliberaciones sólo duraron un día y los dos hombres fueron condenados de 25 años a cadena perpetua.
En febrero del 2005, la testigo admitió a un investigador privado –según consta en un reporte proveído por el abogado Pagán— que el detective Pezzullo la amenazó de «hacer lucir mal» a su hijo —que tenía problemas con la policía— si no cooperaba y decía que había visto a los culpables.
Pagán presentó una petición para que su cliente fuera dejado fuera de la causa, por lo que la jueza Margaret Clancy decidió el pasado 1ro. de septiembre conceder la libertad de Morillo.
«Mi cliente es un hombre que no tiene familia aquí en los Estados Unidos», dijo Pagán, «sus hijos que viven en República Dominicana, no lo han visto desde hace 20 años, toda su vida la perdió en la cárcel».
Según Pagán, luego que su cliente sea dejado en libertad, se dispone a entablar una demanda en contra de la ciudad y de la Oficina de la Fiscalía del condado de El Bronx porque, «como en el caso de García —donde se pudo probar que él estaba en República Dominicana el día del asesinato— nadie ha admitido que cometió un error».
«Aquí lo terrible es que ni al detective Pezzullo, que está retirado y ya tiene su pensión, ni tampoco al fiscal a cargo del caso, William Zelenka, nadie lo ha investigado, ni nadie lo ha acusado de nada. ¿Por qué tiene que quedar así de impune una injusticia tan grande?», finalizó diciendo el letrado.
Fuente:Univision