Dos excepciones congresuales son separadas dentro del burdel del actual Congreso, los cuales dado sus prendas morales, desempeño para con sus munícipes así como por el papel conocido, donde además de atender los reclamos inherentes a su región, han denunciado con responsabilidad temas sensibles dentro de la colectividad, como es el narcotráfico, lavado, trata de personas, etc.



Sin dudas, estos congresista que prestigian las augustas salas del Senado, donde sin equivoco alguno, hoy sólo ha servido para negocios de fasto, donde muchos han adelgazado sus penurias, a sabiendas que en menos de una década eran parte de los rehenes de miseria, hoy multimillonarios, sin que se conozca el que fueren agraciados por un Loto.

La sociedad debe resaltar el trabajo de los senadores por Peravia, Wilton Guerrero así como por María Trinidad Sánchez, Arístides Victoria Yeb, ambos distinguen el hemiciclo, algo que no pueden observar los demás legisladores.



Lástima que la matricula de senadores morados no obtemperaran lo que evidencia el buen tino, que era elegir los verdaderos paradigmas de moralidad dentro del palacio del Congreso. Hoy, observen los resultados: una repulsa colectiva al desempeño legislativo.

Por Reynaldo Hernández Rosa