La familia de Diego Maradona aguardaba este domingo el arribo a Buenos Aires del ídolo deportivo argentino procedente de Dubai para iniciar el funeral de su madre, Dalma, fallecida el sábado a los 82 años debido a una crisis cardíaca.
El actual entrenador del club emiratí Al Wasl partió el sábado desde Emiratos Árabes en forma urgente al tomar conocimiento de que el estado de salud de su madre era crítico y recibió la noticia sobre el fatal desenlace en pleno vuelo, según confiaron allegados al ex jugador.
La llegada del ex entrenador de la selección argentina y campeón mundial 1986, era aguardada hacia la tarde local en el aeropuerto internacional de Ezeiza (periferia sur), aunque se desconocía si viajaba en un vuelo regular o en un avión privado.
Según publica la prensa local este domingo, los Maradona pretenden que el funeral, del que no se proporcionaron los detalles, «sea lo más íntimo posible».
El sábado no bien conocida la noticia de la muerte de Dalma Franco de Maradona un aluvión de mensajes de condolencias a Diego y su familia fue canalizado a través de las redes sociales.
También se realizó un minuto de silencio antes del inicio del segundo tiempo en el partido entre Independiente y Olimpo de Bahía Blanca, tributo que el árbitro del partido propició pese a que no contaba con la autorización de rigor de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
‘Doña Tota’, como se la conocía popularmente, había sido hospitalizada el viernes debido a una descompensación y murió el sábado por la tarde tras más de una hora y media de maniobras de resucitación, según el parte médico.
«La señora Dalma Maradona, de 82 años, sufrió una descompensación y paro cardíaco a las 18H30 horas (21H30 GMT) no respondiendo a las maniobras de resucitación», informó el sanatorio privado de Los Arcos de la capital argentina la noche del sábado.
Antes de partir en agosto pasado hacia Emiratos Árabes, Diego se había tatuado una rosa en su hombro derecho con la inscripción «Tota te amo», acaso consciente del delicado estado de salud de su madre.
«Le pido a Dios que no se la lleve, que le dé otra oportunidad, que nos deje volver a comer con ella, darle un beso, les pido a los médicos que hagan un milagro», había dicho Maradona en junio cuando su madre estuvo hospitalizada por una neumonía que complicó su cuadro cardíaco.
Tanto ella como su padre fueron un sostén emocional fundamental para el ex jugador durante los turbulentos años en los que los excesos y su adicción a las drogas lo llevaron al borde de la muerte.
Maradona siempre hizo público su fuerte vínculo con la mujer en cuyo honor nombró Dalma a la primera de sus dos hijas.
«Mi madre es el amor más grande, por ella soy capaz de matar», había confesado tiempo atrás el ‘Diez’, que le dará este domingo su último adiós.
AFP