Las personas que tomaron sopa en lata durante cinco días consecutivos vieron incrementado en un 1200% el nivel de bisfenol A (BPA) en su orina, comparado con aquellos que comieron sopa fresca, informaron investigadores estadounidenses este martes.
Las personas que tomaron sopa en lata durante cinco días consecutivos vieron incrementado en un 1200% el nivel de bisfenol A (BPA) en su orina, comparado con aquellos que comieron sopa fresca, informaron investigadores estadounidenses este martes.
El estudio aleatorio, descrito como uno «de los primeros en cuantificar los niveles de BPA en humanos luego de la ingestión de comida en lata», fue llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Harvard y aparece publicado en el Journal of the American Medical Association, en su edición del 23 de noviembre.
«Hemos sabido por un tiempo que tomar bebidas que han estado almacenadas en ciertos tipos de plásticos duros pueden incrementar el nivel de BPA en el cuerpo», dijo el autor principal, Jenny Carwile, un estudiante de doctorado del departamento de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública de Harvard.
«Este estudio sugiere que las comidas enlatadas pueden ser causa incluso de mayor preocupación, especialmente dado su extensivo uso».
La sustancia química BPA es un disruptor endocrino que, según se ha demostrado, puede interferir con el desarrollo reproductivo en animales cuando los niveles son iguales o superiores a 50 microgramos por kilógramo de peso, aunque aún no se sabe con certeza si los mismos efectos se producen en humanos, según la Agencia de Protección Medioambiental (EPA por sus siglas en inglés).
Este estudio no midió el BPA por microgramos por kilo de masa corporal, sino por microgramos por litros de orina, así que no se puede establecer una comparación directa sobre el nivel peligroso en animales.
Sin embargo estudios anteriores han vinculado el BPA en niveles más bajos a enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad en humanos, dijo Carwile a la AFP en un correo electrónico.
El BPA se encuentra en comidas enlatadas, recibos de cajas registradoras, hilo dental, algunos plásticos y en botellas de policarbonato marcadas con el número 7.
Un total de 75 personas participaron en el estudio y, luego de comer sopa enlatada durante cinco días consecutivos, sus niveles de BPA eran un 1.221% mayor que los que tomaron sopa fresca.
El BPA es normalmente eliminado en la orina y los picos en la misma se consideran temporales. Los científicos no investigaron cuánto tiempo permanecía en el cuerpo, afirmando que se necesitan más estudios para examinar esta cuestión.
El departamento de salud y la agencia de medioambiente estadounidenses están considerando si «es necesario tomar acciones para tratar la cuestión de los riesgos de salud relacionados con los usos no relacionados con el embalaje de comida», según declaró la EPA.
AFP