Los avances de la ciencia hicieron posible muchísimos inventos, de Las prendas que hay que comer para quedar desnudo.
La ropa interior comestible es un clásico de los sex shops, pero en este último tiempo resurgió con una amplia oferta de sabores, comparable con la que puede ofrecer una heladería. Desde tangas de sandía hasta carne de vaca, estas son algunas de las opciones para el consumidor hambriento:
1. De caramelos confitados
Las Candy G-String están hechas con los mismos caramelos con los que las chicas enhebraban collares y pulseritas en nuestra infancia, sólo que ahora es más divertido comerlos. Son 330 pastillitas sabor tutti fruti que forman un conjunto de lencería sexy, de sólo 60 calorías.
2. De carne
Si tu pareja se inclina por lo salado, podés sorprenderlo deslizándote en unas Brief Jerky: unos culottes hechos de carne de vaca disecada, decorados con diamantes falsos. Se adaptan a distintos talles y se consiguen en la web por el abusivo precio de 139 dólares. De clase, nada.
3. De chocolate
Ideal para amantes más golosos que fogosos, las Edible Undies son unas panties que con el calor corporal se hacen más flexibles y liberan un suave sabor a chocolate. Compralas por 4.99 dólares en la web y averiguá cuántas lamidas le toma a tu pareja deshacerse de esta dulce lencería.
4. De piña colada
Para ellos también hay. Edible Undies sacó a la venta unos calzoncillos con sabor a piña colada que sostienen lo que hay que sostener. Vienen en un solo talle y, por obvias razones, no se aceptan devoluciones. Se consiguen desde 5 dólares en la web.
5. De frutilla
Las “Edible Crotchless Gummy Panties” son unas pequeñas bombachas de colores comestibles. Aunque en el paquete aseguran que tienen gusto a frutilla, quienes las probaron dicen que su sabor está lejos del fruto colorado. Detalle delator: dejan los dientes rojos a quienes las hayan comido.
Fuente www.periodicosalud.com